Las actuales bases militares de EE.UU. y las que instala en
Colombia son parte de su política de dominación global, afirmaron
hoy expertos en Mesa Redonda instructiva de la televisión y radio
cubanas.
Nelson Roque, investigador del Centro de estudios para la Defensa
en Cuba, explicó que las bases militares en otros países se conocen
desde la época del colonialismo británico y francés, primeros en
instalarlas para detener cualquier manifestación o levantamiento
social.
Explicó que EE.UU. instaló bases en el exterior a partir de 1898,
tras la guerra hispano-cubano-americana, cuando se apoderó de Puerto
Rico, Filipinas, Guam, Hawai y la base naval de Guantánamo, aún
ilegalmente ocupada en Cuba.
Roque relató las estructuras de diferentes tipos de bases de
EE.UU. en el exterior, las consideradas bases principales,
poseedoras de instalaciones permanentes, dotadas de infraestructura
total, y las llamadas secundarias, medianas y pequeñas, para rotar
tropas y realizar entrenamientos, entre otros objetivos.
Precisó el analista que EE.UU. afirma poseer 823 bases militares
de diferentes dimensiones en el exterior, cuyas superficies
declaradas suman 48 mil kilómetros cuadrados, cerca de la mitad de
la superficie de la República de Cuba, y subrayó que en Alemania y
Bélgica se asientan los estados mayores de las bases militares en
Europa.
Añadió que 130 países cuentan con presencia militar de EE.UU., y
se estima que existen unos 200 mil uniformados estadounidenses en
esas instalaciones, sin contar los que se hallan en Afganistán e
Irak.
A lo anterior se suma las seis flotas norteamericanas en
ubicaciones alrededor del mundo, cada una de las cuales representa
varias bases militares fuertemente armadas, incluso con elementos
nucleares.
Roque dijo que en América Latina y el Caribe hay 11 bases de
EE.UU., según sus propias informaciones. La más importante es la de
Guantánamo con 953 hombres; la Soto Cano (Parmerola), en Honduras,
de 418 militares, y en Colombia otras con 90 efectivos, sin contar
las cinco nuevas, llamadas de "seguridad cooperativa".
El experto también analizó los objetivos estratégicos de las
bases en Europa, Asia y en otras latitudes, así como la colaboración
entre ellos con fines de intimidación y agresión.
Dentro de los propios Estados Unidos existen unos cuatro mil
enclaves militares, recordó el moderador Randy Alonso.
Alrededor de los centros de concentración militar suele
proliferar la prostitución, prácticas sociales nocivas, y de serias
afectaciones al medio ambiente, precisó Roque, quien indicó que las
bases que esperan establecer en Colombia son ilegales.
Lázaro Barredo, director del diario Granma, afirmó que las bases
militares juegan papel esencial de política hegemónica de Estados
Unidos, aparecen históricamente en la dinámica geopolítica de
expansión y de agresión de ese país, y, dijo, son consustanciales al
sistema imperante en esa nación.
El analista abundó en el interés económico estratégico de los
emplazamientos armados norteamericanos, recordó que Barack Obama
acaba de presentar el presupuesto militar más grande en la historia
estadounidense, lo que evidencia, dijo, que en ese país no importa
el nombre del Presidente, sino los intereses de las élites del
poder.
Consideró Barredo que EE.UU. está a la caza de que se produzcan
cambios de gobiernos en Latinoamérica para implementar su estrategia
militarista, y citó un estudio mediante el cual el Pentágono ha
devenido centro de la política exterior hacia América Latina, en
sustitución del Departamento de Estado.
Abundó el analista en la creciente contribución económica anual
por parte de EE.UU. a Colombia, que rebasa los mil millones de
dólares, país este último considerado principal suministrador de
drogas a la nación norteña.
Para la periodista Marina Menéndez, Estados Unidos aspira a
seguir ejerciendo su dominación militarista en América Latina, en
áreas cercanas a donde existen movimientos sociales que preocupa a
la élite norteamericana de poder.
La analista recordó el papel de la base de Palmerola contra
movimientos sociales de Nicaragua, El Salvador y Guatemala, indicó
que ahora se pretende justificar las nuevas cinco bases en Colombia
con el cierre de la de Manta, y llamó la atención sobre el peligro
real que esos enclaves representan para Venezuela, Ecuador y Brasil.
Trascendió que el gobierno estadounidense destinó 42 millones de
dólares para mejorar su plataforma y capacidad operacional militar
en Sudamérica.
El moderador Alonso recordó palabras del presidente Hugo Chávez,
el domingo último, cuando rechazó las bases militares y precisó que
Venezuela no es amenaza para nadie, porque no pretende agredir a
ningún país, pero reforzará sus defensas que en pos de perpetuar la
soberanía de la nación.
En el foro radiotelevisado trascendió que el presidente
colombiano Álvaro Uribe no asistirá a la cumbre de UNASUR para
evadir el debate solicitado por Brasil y Chile sobre las bases
militares que el mandatario admitió en su país.