.— Dos afro-norteamericanos
empleados de una planta procesadora de desperdicios acusaron a la
ciudad de Filadelfia por ser durante décadas víctimas de racismo,
reportó hoy la televisora CNN.
Según los demandantes, en instalaciones de la Northwest Transfer
Station varios negros sufrieron humillaciones y discriminaciones por
parte de sus supervisores.
Entre los alegatos esgrimidos están la decisión de un
superintendente de la entidad de preservar un local solo para
blancos.
Si tratábamos de utilizarlo podíamos recibir la suspensión del
puesto de trabajo, afirmó Leslie Young, uno de impulsores del
proceso.
De acuerdo con el acusador, el referido lugar estaba cerrado y la
llave la tenían los de origen caucásico.
La denuncia de Young y de Gibson Trowery se suma a la presentada
el mes pasado en la propia Filadelfia por policías y una familia
afro-norteamericana.
El 16 de julio, agentes de la populosa urbe del estado de
Pennsylvania pusieron una queja contra un sitio de Internet en el
cual algunos de sus colegas colocaban comentarios racistas como La
armas no matan a las personas, pero las minorías peligrosas sí.
Apenas una semana antes, una familia aseguró ser víctima de
prácticas discriminatorias en el Valley Club, donde a algunos
menores negros se les cerró el contrato de inscripción para nadar en
sus piscinas.