.— La mayoría de los
estadounidenses teme que la reforma de salud se convierta en un arma
de doble filo que atente contra la calidad de los servicios médicos
y los obligue a erogar más impuestos, reveló hoy un sondeo.
Según el estudio del diario The New York Times y la televisora
CBS News, el miedo gana más espacio pese a los llamados alentadores
del presidente Barack Obama, que convirtió a la iniciativa en un
asunto de primer orden para su gobierno.
El 69 por ciento de quienes respondieron a la encuesta manifestó
que la calidad de los servicios decaerá si el gobierno se empeña en
extender la cobertura médica para toda la población, sostiene el
rotativo.
Sin embargo, 66 de cada 100 personas teme perder su cobertura si
no se crea un nuevo sistema de salud, y el 80 por ciento dijo estar
consciente de que el número de personas sin ayuda federal aumentará
si el Congreso no actúa.
La habilidad de Obama para debatir al respecto choca con un muro
de temores acrecentados por los opositores al plan, quienes aseguran
que la reforma limitará las capacidades de la población para escoger
a sus doctores, y aumentará el costo de la medicina.
Aunque el mandatario mantiene altos sus niveles de aceptación
popular, los obstáculos enfrentados para cambiar el sistema de
salud, así como los persistentes efectos de la crisis económica,
desgastaron su imagen y le restaron un apoyo de 10 puntos
porcentuales.
Obama contaba con un respaldo del 58 por ciento en abril último,
cuando, según el estudio, la mayoría de los norteamericanos
continuaba pensando que su gobernante tenía buenas ideas, pero
chocaba con la incapacidad de los republicanos para trabajar de
forma bipartita.