El mando replegó toda una brigada incluidos tres batallones de infantería y el desmantelamiento de 35 campos de seguridad del ejército, indica el rotativo que citó el departamento de relaciones públicas de las fuerzas armadas.

Con tal decisión, la primera ministra Sheikh Hasina impulsa un proceso de reconciliación con las tribus de credo budista de esa región iniciado en 1997, con la rúbrica del Tratado de Paz de Chittagong durante su primer mandato.

La retirada de las tropas de esa zona del sudeste bengalí fue una de las promesas que hizo Hasina en su primer gobierno de 1996-2001, incluido el acuerdo de 1997 destinado a poner fin a dos décadas de cruenta insurgencia.

El conflicto étnico con la comunidad budista estalló en la década del 70 luego que las autoridades de entonces en Dacca utilizaron la fuerza del ejército para ayudar al reasentamiento de pobladores musulmanes en Chittagong. Mucho de los rebeldes inmediatamente depusieron las armas tras la firma del pacto y el gobierno quitó 200 campamentos provisionales del ejército, pero muchas de las promesas quedaron engavetadas y todo el proceso se estancó tras asumir el gobierno de Khaleda Zia, opuesto a ese arreglo.

Tal estancamiento generó malestar entre la población de esa región montañosa, principal destino turístico de Bangladesh.

Ahora Hasina, de nuevo en el poder, parece decidida a completar el proceso de paz que inició en 1997 para poner fin así a un prolongado foco de tensión en este empobrecido país de Asia del Sur, indica New Age.

Como muchos de los problemas en la región, el conflicto en Chittagong surgió al final del coloniaje británico, cuando esa zona de población budista fue asignada a la mayoritaria población musulmana de Paquistán, en el momento de la partición del subcontinente indio.