Raúl Gómez García

La poesía como mensaje

Michel Hernández
michelher@granma.cip.cu

No existe mayor satisfacción para un escritor que ver su obra publicada. Por eso Raúl Gómez García habría vivido con emoción el último Sábado del Libro en el Palacio del Segundo Cabo. Allí se presentó un título que reúne textos en los que el Poeta de la Generación del Centenario vertió los sentimientos que lo visitaban en la soledad de los insomnios, los testimonios revolucionarios escritos con la fuerza de quien ha visto mucho— a pesar de que murió con solo 24 años—, y las inquietudes de un joven que se hizo grande entre la fiebre del amor y los ideales de libertad.

Se cumplieron 56 años del Asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Con ese motivo el Instituto Cubano del Libro (ICL) decidió publicar el título Raúl Gómez García. Lo hizo 38 años después de que conociera la luz, por vez primera, en 1971. La Editorial José Martí fue la encargada de la reedición del volumen, compilado por la escritora Basilia Papastamatíu.

El historiador Raúl Rodríguez la O tuvo a su cargo la presentación. En el recinto se hallaban familiares y compañeros de lucha del Poeta. además, se encontraban el vicepresidente del ICL Fernando León Jacomino y el Premio Nacional de Literatura, Pablo Armando Fernández, y estudiantes universitarios.

Rodríguez, acompañado del músico Jorge Gómez, sobrino del mártir y director del grupo Moncada, expuso cómo el joven Raúl era capaz de definir con ingenio el retrato de las emociones que brotaban ante el encanto inesperado del amor y el fragor de la contienda que terminó con la caída del dictador Fulgencio Batista. Trazó un panorama de la vida y obra del autor de Revolución sin Juventud y se refirió, además, a su arrojo para cambiar los destinos del país, aunque ello comprometiera su vida. "Su obra tiene un alto valor poético, pero su mayor poema lo escribió en los muros del Moncada", dijo con convicción el historiador y los asistentes rompieron con aplausos la intimidad del silencio que se produce cuando las palabras traen de regreso a los Héroes.

Jorge Gómez tomó distancia del halo mítico con que a veces la historia nos muestra a los mártires y evocó a su tío como un ser humano que lo mismo devoraba con placer un buen libro, que se enamoraba como si nunca se hubiera enamorado o se lanzaba a la lucha con el ímpetu propio de los jóvenes del Centenario. Y al referirse al volumen lo calificó "como el libro que más he amado en la vida".

Raúl Gómez García fue asesinado hace más de cinco décadas en la larga noche de la dictadura de Batista, pero quedó el pensamiento, la voluntad y la obra del joven revolucionario que desde muy temprano vivió la literatura y la poesía como un sentimiento de liberación.

 

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