La situación actual y perspectivas de la industria sideromecánica
cubana en la sustitución de importaciones fue tema central, durante
los tres días de la Convención Internacional Metánica 2009.
El evento aglutinó a 800 delegados nacionales y extranjeros en
cinco congresos sobre metalurgia, agromecánica, reciclaje,
mantenimiento energético y gestión del conocimiento, reporta Prensa
Latina.
Según los organizadores del encuentro, se debatieron las
posibilidades de la industria para asumir la fabricación de equipos,
partes y piezas, con el fin de disminuir la erogación de divisas en
compras fuera del país con soluciones prácticas.
Entre las novedades estuvo el diseño de una máquina cortadora de
marabú, una de las plantas parásitas que más afectan al agro cubano,
y cuyo proyecto ejecutivo desarrollan especialistas de varios
colectivos de la región oriental de la isla.
Uno de sus diseñadores, el ingeniero Rafael Leyva, aseguró que se
trata de una alternativa para el corte mecanizado de marabú y su
empleo como biomasa en la generación de electricidad en centrales
azucareros.
La industria sideromecánica participa también en la integración
nacional de nuevas combinadas cañeras, así como de implementos
agrícolas demandados por los programas agroalimentarios del país.
En relación con las producciones siderúrgicas se conoció que Cuba
ha resistido el desplome de los mercados del acero por la reducción
de la producción ante los elevados precios de las materias primas, y
la contracción de la demanda mundial de metales.
Afectada también por los altibajos del petróleo, la fabricación
de acero y sus derivados cubanos no están exentos de las
fluctuaciones en las cotizaciones internacionales, lo cual obliga a
la constante reducción de los costos y uso racional de los recursos
energéticos.
En tal sentido, el viceministro de la Industria Siderúrgica,
Guillermo García, explicó que en el período de un año los mercados
de referencia de exportación redujeron el precio de la palanquilla
de acero de mil 250 dólares a un mínimo de 400 y 500 dólares la
tonelada de barras corrugadas.
Todo ello afectó la cadena productiva y comercialización con
serias restricciones de las capacidades fabriles y cierre de algunas
plantas a nivel mundial, precisó.
A pesar de ese adverso panorama, Cuba obtuvo positivos resultados
en 2008 en sus dos plantas, las cuales superaron las exportaciones
del 2007, con un incremento promedio del 30 por ciento de sus
ingresos en el Caribe y Centroamérica.
Aclaró que el cierre de este año estará en dependencia de la
situación internacional, impulsada por la producción y demanda de
acero en China, y del comportamiento de la economía global.