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El Premio Nobel de la Paz de 1980, el argentino Adolfo Pérez
Esquivel, exigió hoy la restitución de Manuel Zelaya como presidente
constitucional de Honduras, tras el golpe de Estado en ese país del
pasado 28 de junio.
En entrevista al diario español ADN, de circulación gratuita, el
conocido pacifista, de visita en Barcelona, calificó de dictadura a
las autoridades que protagonizaron la asonada golpista en la nación
centroamericana.
Interrogado sobre la intervención de Óscar Arias en la crisis
hondureña, el Nobel argentino opinó que el mandatario de Costa Rica
cometió un gravísimo error, al proponer la medición entre un
golpista y un gobierno democrático.
Es mezclar agua y aceite, porque Zelaya representa la legitimidad
y Roberto Micheletti, quien usurpó el poder de manera ilegal, es un
dictador, subrayó el destacado luchador por los derechos humanos en
Latinoamérica.
Respecto al papel desempeñado por Estados Unidos en este proceso,
Pérez Esquivel pidió al gobernante Barack Obama una postura más
clara ante los acontecimientos.
Obama tiene que definirse, ya que un rechazo contundente del
golpe en Honduras y el reconocimiento de Zelaya le darían
credibilidad ante los gobiernos de América Latina, declaró el Nobel
de la Paz al periódico español.
A su juicio, la actitud del presidente norteamericano fue tibia,
porque -dijo- se da cuenta de las dificultades que tiene en el
frente interno.
Pérez Esquivel admitió que el jefe de la Casa Blanca sólo no
puede hacer mucho, pero aseguró que si este se apoya en la fuerza
del pueblo podrá enfrentarse a los grandes intereses económicos en
Estados Unidos.
Luego de descartar grandes cambios durante la actual
administración de EE.UU., destacó que Obama tuvo la intención de
cerrar Guantánamo y Abu Ghraib y no pudo, y quiso retirar las tropas
de Iraq y tampoco lo logró.
Creo que (Obama) tiene buena voluntad, pero quiere también
mejorar la relación con Latinoamérica y acaban de dar un golpe de
Estado para su sorpresa, en alusión a la asonada en Honduras.
El Nobel argentino estimó que ningún país centroamericano puede
proceder de esa manera sin el apoyo del Pentágono y la Agencia
Central de Inteligencia de Estados Unidos, y eso, enfatizó,
evidentemente no lo maneja Obama.
Denunció que el verdadero poder a nivel mundial no lo ostentan
hoy los gobiernos, sino las multinacionales.
Ilustró que Naciones Unidas es más pequeña que muchas empresas
transnacionales, y llamó a una reforma urgente de la organización
internacional por carecer de poder real.