Rubert Martín, estudiante del Instituto Preuniversitario
Vocacional de Ciencias Exactas Máximo Gómez, de Camagüey, conquistó
medalla de plata en la Olimpiada Internacional de Física, con sede
en Yucatán, México, mientras Reinaldo Gil, del IPVCE Antonio Maceo,
de Santiago de Cuba, ganó presea de bronce en la 50 edición de la
Olimpiada Internacional de Matemática que se celebra en Bremen,
Alemania.
Anteriormente, ambos lograron el oro en la Olimpiada
Iberoamericana de Física, en Morelia, México y en la Centroamericana
y del Caribe de Matemática en Honduras, respectivamente. Ahora Gil
obtuvo el 50% de los puntos y quedó a solo tres puntos de la plata.
Los rivales de Martín fueron 400 alumnos procedentes de 76 naciones;
entretanto, el santiaguero compitió en Bremen con estudiantes de
casi 100 países.
De acuerdo con diarios digitales especializados, los
participantes en la Olimpiada Internacional de Matemática
resolverían cada día tres problemas en cuatro horas y media, de
manera individual.
Otros sitios web explican que en el certamen en el cual participó
el camagüeyano, las pruebas prevén un día dedicado a los problemas
teóricos (tres que involucran al menos cuatro áreas de la física), y
otro día para los problemas experimentales (uno o dos), generalmente
exámenes de laboratorio.
Ganar requiere sacrificio y horas de estudio adicionales. Tiene
que gustarte estudiar, resolver ejercicios más complejos que los de
la escuela, consultar libros rusos y otros de olimpiadas
internacionales, bajar de Internet los de olimpiadas iberoamericanas
y hasta de las asiáticas, sostiene Martín.
Este movimiento aviva el interés por las ciencias. Por eso
aspiramos a tornarlo masivo. Mientras más personas emprendan ese
camino, mayor será la cantera para las Olimpiadas internacionales.
Solo falta elevar la masividad: desde la escuela, en la primaria;
este curso, el 50% de los estudiantes intervino en las Olimpiadas
Populares, afirma Mario Díaz, entrenador de la preselección
nacional.