Río sobre río

Fuerzas constructoras concluyen en Sancti Spíritus trabajos de reparación en estratégico segmento del Canal Magistral de la presa Zaza

Juan Antonio Borrego

LA SIERPE, Sancti Spíritus.— Para no pocos especialistas, directivos y reconocidos ingenieros, entre las más importantes y comprometedoras obras hidráulicas de todo Sancti Spíritus, figura un arcaico y solitario puente de concreto de unos cien metros de longitud y cuatro de alto que se agarra de las riberas del río Naranjo, próximo a la costa sur de esta provincia.

Fotos: MontosCon unos cien metros de largo y cuatro de alto, el puente canal sobre el Naranjo constituye una obra estratégica para la región.

La afirmación pudiera parecer exagerada sobre todo cuando se trata de un territorio como el espirituano, con un inventario hidráulico que incluye la presa Zaza, la mayor y más importante de Cuba, y otros sistemas de renombre como el propio Canal Magistral, capaz de trasvasar contra su pendiente, o la derivadora Sur del Jíbaro, que regula y distribuye las aguas de dos cuencas y seis embalses en esta parte del país.

Conocida en el argot hidráulico como puente-canal, la obra gana notoriedad no porque sea útil al tráfico humano de la zona, como pudiera deducirse, sino porque, como parte imprescindible del Magistral, desde hace casi 40 años cruza sobre el cauce del Naranjo para llevar el agua de la Zaza hasta los campos arroceros o las restantes áreas cañeras, ganaderas y de cultivos varios.

En sus 37 años de explotación, el Canal Magistral de la Zaza ha entregado 20 500 millones de metros cúbicos de agua.

EL TRAMPOLÍN DEL NARANJO

Entendidos en la materia y viejos constructores aseguran que a inicios de los 70 cuando los proyectistas y topógrafos que realizaban el trazado del importante trasvase tropezaron con el curso natural del Naranjo, tímido riachuelo que corre en una zona llana cercana a la costa, no tuvieron otra opción técnica para atravesarlo que la construcción de este complicado viaducto.

El Canal Magistral de la Zaza, conocido inicialmente también como Zaza-Camagüey por extenderse desde la cortina del propio embalse hasta los límites con la antigua provincia agramontina, constituye una verdadera joya de la ingeniería para aquella época y también para la nuestra, señala Rafael Ángel Rangel, subdelegado de Recursos Hidráulicos en la provincia espirituana.

Para Rafael Rangel, el Magistral sigue siendo una joya de la ingeniería.

Este río artificial de 45 kilómetros de longitud —20 de ellos revestidos con losa—, dotado de 150 compuertas y con un caudal de diseño (gasto) de 85 metros cúbicos por segundo, con funciones clave para la economía regional —ha entregado en 37 años la increíble cifra de 20 500 millones de metros cúbicos de agua—, serviría, sin embargo, de muy poco o prácticamente de nada, si por alguna razón no pudiera contar con el puente-canal proyectado en su ruta.

Es como un cajón sobre el río que se traga toda el agua del canal, ilustra Manuel Crespo, uno de los miles de hombres que en los años setenta participó en la construcción del complejo Zaza.

En una curiosa combinación de río sobre río, esta suerte de trampolín artificial, fundido a base de hormigón y acero y solo abierto en su parte superior, fue colocado a una altura prudencial, que por entonces lo mantenía a salvo de las frecuentes crecidas.

El paso del tiempo y los permanentes arrastres desde zonas más elevadas, sin embargo, fueron reduciendo el área libre para la corriente bajo su estructura, situación que desde hacía años mantenía al viaducto amenazado de fractura o desplazamiento por los continuos aluviones, algunos de los cuales llegaron incluso a superarlo.

PUENTE A SALVO

En la década del noventa se iniciaron en dos oportunidades trabajos de rectificación con el propósito de retirar azolves, malezas y limpiar en general el cauce del Naranjo para con ello dar mayor seguridad al puente canal que lo sobrevuela, pero por falta de recursos las acciones quedaron inconclusas, realidad que mantuvo vivo en todos estos años el peligro de interrupción del suministro de agua a la región.

Por fin en el transcurso de los últimos meses un experimentado contingente, perteneciente a la Empresa Constructora de Obras de Ingeniería (ECOI 27), de Ciego de Ávila, dotado de moderno equipamiento, concluyó la rectificación del cauce y puso a salvo la obra antes de la llegada de las lluvias de primavera.

Las labores, que implicaron mover 400 000 metros cúbicos de tierra, se ejecutaron a un costo total de tres millones y medio de pesos e incluyeron la limpieza y el desbroce de 5,3 kilómetros en el tramo que cruza bajo el puente y hacia el sur y de otros tres kilómetros de caminos adyacentes, todo ello en una región totalmente inhóspita y plagada de marabuzales.

Especialistas de Recursos Hidráulicos consideran, no obstante, que para lograr la completa seguridad del puente canal y poder dormir tranquilo en épocas de intensas lluvias se precisa la construcción de una pequeña presa al norte de la localidad de La Sierpe que pueda regular las crecidas siempre peligrosas del Naranjo.

El futuro embalse, que por ahora se encuentra en fase de estudios geológicos, topográficos y de ingeniería preliminar, almacenaría unos diez millones de metros cúbicos de agua y según todo parece indicar, a la larga pudiera ser la muralla más segura para que aguas abajo puedan seguir cruzándose sin contratiempos el Naranjo y el Magistral.

 

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