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Pinturas para vivir
TONI PIÑERA
Alicia Leal, en sus más de tres décadas de imparable labor entre
formas y colores ha conseguido que sus cuadros representen un
sentimiento, una mirada a lo puramente cubano-caribeño, porque son
puertas que se abren a lo nuestro en dimensión pictórica, y lo logra
a través de la espontaneidad del trazo justo que toca las raíces,
las venas de la nacionalidad...
Adonde
iré cuando se pare el corazón.
Con el lenguaje de la ciudad y sus gentes, en estos diminutos
poemas cotidianos, arma una obra donde el rasgo del dibujo capta el
dinamismo y la sensualidad de la vida en la Isla. Penetrar en lo que
no se ve a simple vista, ver más allá, es su más acuciante anhelo
creativo. La artista —graduada de San Alejandro en l980—, en sus
recientes trabajos, que expone en la galería La Acacia (San José
114, La Habana Vieja) bajo el título de Estudios para vivir,
entrega un potente lente para hacernos cómplices de sus visiones
pictóricas.
Al pasar revista a estos trabajos (acrílicos sobre tela) se
advierte una larga meditación y una paciente ejecución. Se advierte
porque ese habitual esmero de la pintora hacia el procedimiento,
hacia la obra bien hecha, alcanza en estos cuadros una plenitud que
nos hace olvidar sus pretextos de siempre. Su pintura —que ha
alcanzado la madurez—, es de una realidad íntima, ajena incluso a la
realidad real (pese al realismo de sus figuras u objetos), nacida de
una introspección lírica, de un estado de ánimo permanente. Porque
Alicia Leal es una artista "inspirada" que esconde sus fantasmas
—recuerdos y vivencias— en esos fondos familiares, en los que el
contemplador está de visita, y al mismo tiempo se siente subyugado y
próximo al ambiente, a los personajes...
En sus creaciones ella crea tensión en la figura como producto de
un dibujo perfectamente realizado y de contornos insinuados. La
prolongación del trazo y el clima pictórico que lo rodea, sugieren
la presencia de múltiples personajes o de uno solo en pleno impulso.
Una sucesión de cuerpos e imágenes del diario bregar, sugestiva y
amorosamente enlazados, a veces con tintes surrealistas pero
creíbles, va narrando el espíritu de fiesta y alegría, como una
invitación a participar de ellas. Es, en una palabra, en el rasgo
del dibujo personal, donde capta el dinamismo y la sensualidad de lo
cubano.
Técnicamente, ella ha encontrado una manera sabia e inteligente
para "adornar" las piezas de un increíble lirismo visual. Entre
otras, delgadas capas transparentes, aguadas en su totalidad, con
pequeños toques luminosos compuestos de fracciones de tonos y
matices contenidos en los planos cromáticos, le otorgan a su obra
más luminosidad y transparencia, donde la impresión sobre un soporte
duro, trabajará en función de la calidad refractante de la
superficie. La técnica pictórica es actual y antigua.
SINFONÍA DE LA COTIDIANIDAD
Al igual que en las cualidades sonoras de la música, sus trabajos
poseen variaciones sobre una temática. Esta manera de retornar a un
motivo, constituye la tónica que girará sobre una mirada sensible a
determinadas situaciones. Su pintura no solo es una forma de
expresión que comunica una manera gozosa de la realidad, sino que
este orden manifiesta la configuración de su mundo interno hasta
convertirse no solamente en lenguaje descriptivo o enumerativo, sino
en un estilo acorde a la belleza de los conjuntos. Son los objetos
cotidianos y una visión con respecto a ellos los que expresan el
descubrimiento de la gracia. Los sintagmas, o forma de estructurar y
expresar una emoción a través de unidades significativas, será una
de las maneras de cómo se presentan relacionadas entre sí.
Cada nueva obra de Alicia Leal, nos introduce en una vivencia
fantástica que se tiñe, indudablemente de la realidad circundante,
pero en la que la imaginación recrea una sucesión de cortes y
quebradas. El pincel acompaña un dibujo cada vez más certero y el
color, ese que nunca puede faltarle a su "aderezo creativo" insinúa
el clima que requiere cada obra. En algunas, las menos, una paleta
algo fría da cuenta de un sentimiento particular, pero en la mayoría
los colores se complementan creando un tiempo festivo. Así es ella,
es Cuba. Todo alude a la presencia de gente apasionada que al compás
de su ritmo interior interpreta la escena de una metáfora para La
Habana o cualquier pueblo o ciudad nuestras. |
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