Estimado señor Presidente:
Quisiera aprovechar esta oportunidad para manifestar la creciente
preocupación sobre el enfoque de los EE.UU. a los derechos humanos,
los principios democráticos, el estado de derecho, y las
instituciones constitucionales en el hemisferio occidental,
sobretodo en la respuesta de su Administración a la crisis
constitucional en Honduras y el papel de EE.UU. en la OEA y las
Naciones Unidas con relación a esta situación.
Yo esperaba que la Administración adoptara una propuesta
deliberativa y responsable con relación a los acontecimientos en
Honduras. Sin embargo, la posición de EE.UU. parece haber estado
enfocada desde el principio a apoyar a un individuo, al Presidente
José Manuel Zelaya Rosales, quien irrespetó la Constitución de
Honduras, el estado de derecho, y las instituciones democráticas.
Este miope enfoque centrado en Zelaya se ha intensificado en las
últimas 72 horas cuando las informaciones referían que el ejército
hondureño había puesto bajo custodia a Zelaya y que éste había
salido de Honduras.
Existen numerosos informes contradictorios sobre los
acontecimientos que tuvieron lugar en Honduras en los últimos días.
Los hechos son contradictorios. Aún, no parece haber intento alguno
por parte de los EE.UU. para esclarecer la verdad sobre la situación
del orden democrático y constitucional en el país centroamericano,
antes de hacer conclusiones sumarias y declaración de condena en
base a informaciones incompletas.
Sin embargo, señor Presidente, la crisis constitucional en
Honduras no comenzó el domingo 28 de junio, ella se inició por lo
menos tres meses antes, cuando el señor Zelaya dio a conocer su
Decreto Ejecutivo del 23 de marzo de este año donde llamaba a
realizar un referendo antes de julio para extender su término
presidencial. A pesar de las claras limitaciones establecidas en el
Artículo 5, Artículo 374 y otros artículos de la Constitución
hondureña en cuanto al término presidencial y los parámetros para un
referendo, los Estados Unidos parecía abrazar incondicionalmente los
planes de Zelaya. La Corte Suprema de Honduras, las cortes
administrativas, la Fiscalía General, el comisionado para los
Derechos Humanos, el Tribunal electoral, y el Congreso Nacional
declararon que el referendo era ilegal. El Congreso Nacional de
Honduras había adoptado una acción legislativa adicional el 23 de
junio para prevenir de las violaciones por parte de Zelaya del
Estado de Derecho hondureño y los preceptos constitucionales. Los
EE.UU. no lograron dar pasos efectivos, bilateralmente o a través de
la OEA, para apoyar estos esfuerzos legítimos de los jefes co
iguales del gobierno democrático de Honduras para que se respetara
la ley. El 26 de junio el señor Zelaya emitió otro decreto ordenando
a los empleados del gobierno a participar en la "Encuesta de Opinión
Pública para convocar una Asamblea Nacional Constituyente", que
habría hecho estallar el Artículo 239 de la constitución hondureña
que estipula que él debe ser relevado de sus deberes y de la
presidencia. Estados Unidos erró al dar una respuesta. Esto es un
error serio en la diplomacia de EE.UU. y el apoyo a la democracia.
De esta forma, algunos podrían argumentar que los Estados Unidos es
cómplice en la escalada de la crisis constitucional en Honduras.
En la OEA y en la Asamblea General de las Naciones Unidas esta
semana, los EE.UU. aceptó el texto de la resolución propuesta por
Zelaya y su asesor inmediato, y estuvo de acuerdo con las propuestas
plateadas por los líderes de Venezuela, Nicaragua, Bolivia_ todas
adoptadas por consenso. Unírsele o servirle de eco no ayuda a
nuestros intereses políticos, económicos o de seguridad en la
región.
En lo adelante, tengo la esperanza, señor Presidente, que su
Administración no de una respuesta basada en informaciones y
acusaciones no confirmadas dadas por fuentes que tienen un interés
personal en asegurar una versión que pudiera estar o no, en interés
de los EE.UU. En su lugar tenemos que trabajar juntos para promover
los principios básicos y alcanzar el objetivo declarado de
consolidar y fortalecer el estado de derecho y las instituciones
democráticas en nuestro hemisferio.
Gracias por su tiempo y consideración