Carta de Ileana Ross-Lehtinen al presidente Barack Obama

CIENTO ONCE CONGRESO 

CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS 

Comité de Asuntos Exteriores Cámara de Representantes de los EE.UU.

Washington, DC 29515 Telf.(202) 2255021 

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Julio 1,2009

Honorable Barack H. Obama 

Presidente de los Estados Unidos 

Casa Blanca 

1600 Pensylvania Avenue,N:W: Washington, D:C:20500 

Estimado señor Presidente:

Quisiera aprovechar esta oportunidad para manifestar la creciente preocupación sobre el enfoque de los EE.UU. a los derechos humanos, los principios democráticos, el estado de derecho, y las instituciones constitucionales en el hemisferio occidental, sobretodo en la respuesta de su Administración a la crisis constitucional en Honduras y el papel de EE.UU. en la OEA y las Naciones Unidas con relación a esta situación.

Yo esperaba que la Administración adoptara una propuesta deliberativa y responsable con relación a los acontecimientos en Honduras. Sin embargo, la posición de EE.UU. parece haber estado enfocada desde el principio a apoyar a un individuo, al Presidente José Manuel Zelaya Rosales, quien irrespetó la Constitución de Honduras, el estado de derecho, y las instituciones democráticas. Este miope enfoque centrado en Zelaya se ha intensificado en las últimas 72 horas cuando las informaciones referían que el ejército hondureño había puesto bajo custodia a Zelaya y que éste había salido de Honduras.

Existen numerosos informes contradictorios sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en Honduras en los últimos días. Los hechos son contradictorios. Aún, no parece haber intento alguno por parte de los EE.UU. para esclarecer la verdad sobre la situación del orden democrático y constitucional en el país centroamericano, antes de hacer conclusiones sumarias y declaración de condena en base a informaciones incompletas.

Sin embargo, señor Presidente, la crisis constitucional en Honduras no comenzó el domingo 28 de junio, ella se inició por lo menos tres meses antes, cuando el señor Zelaya dio a conocer su Decreto Ejecutivo del 23 de marzo de este año donde llamaba a realizar un referendo antes de julio para extender su término presidencial. A pesar de las claras limitaciones establecidas en el Artículo 5, Artículo 374 y otros artículos de la Constitución hondureña en cuanto al término presidencial y los parámetros para un referendo, los Estados Unidos parecía abrazar incondicionalmente los planes de Zelaya. La Corte Suprema de Honduras, las cortes administrativas, la Fiscalía General, el comisionado para los Derechos Humanos, el Tribunal electoral, y el Congreso Nacional

declararon que el referendo era ilegal. El Congreso Nacional de Honduras había adoptado una acción legislativa adicional el 23 de junio para prevenir de las violaciones por parte de Zelaya del Estado de Derecho hondureño y los preceptos constitucionales. Los EE.UU. no lograron dar pasos efectivos, bilateralmente o a través de la OEA, para apoyar estos esfuerzos legítimos de los jefes co iguales del gobierno democrático de Honduras para que se respetara la ley. El 26 de junio el señor Zelaya emitió otro decreto ordenando a los empleados del gobierno a participar en la "Encuesta de Opinión Pública para convocar una Asamblea Nacional Constituyente", que habría hecho estallar el Artículo 239 de la constitución hondureña que estipula que él debe ser relevado de sus deberes y de la presidencia. Estados Unidos erró al dar una respuesta. Esto es un error serio en la diplomacia de EE.UU. y el apoyo a la democracia. De esta forma, algunos podrían argumentar que los Estados Unidos es cómplice en la escalada de la crisis constitucional en Honduras.

En la OEA y en la Asamblea General de las Naciones Unidas esta semana, los EE.UU. aceptó el texto de la resolución propuesta por Zelaya y su asesor inmediato, y estuvo de acuerdo con las propuestas plateadas por los líderes de Venezuela, Nicaragua, Bolivia_ todas adoptadas por consenso. Unírsele o servirle de eco no ayuda a nuestros intereses políticos, económicos o de seguridad en la región.

En lo adelante, tengo la esperanza, señor Presidente, que su Administración no de una respuesta basada en informaciones y acusaciones no confirmadas dadas por fuentes que tienen un interés personal en asegurar una versión que pudiera estar o no, en interés de los EE.UU. En su lugar tenemos que trabajar juntos para promover los principios básicos y alcanzar el objetivo declarado de consolidar y fortalecer el estado de derecho y las instituciones democráticas en nuestro hemisferio.

Gracias por su tiempo y consideración

 

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