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Las persistentes denuncias sobre numerosos desaparecidos tras graves
disturbios durante la crisis amazónica que vivió Perú el mes pasado,
constituyen una de las grandes secuelas del conflicto.
Indígenas de la etnia awajún de la Amazonía peruana insistieron
esta semana en denunciar, pese a desmentidos oficiales, que hay
cientos de nativos desaparecidos tras graves disturbios registrados
el mes pasado.
El abogado de la Asociación Interétnica de la Selva Peruana (Aidesep),
Marco Barreto, dijo que un censo en las comunidades de esa etnia
arrojó un total parcial de más de 300 nativos que no han regresado a
sus hogares.
Los indígenas participaban en el bloqueo de una carretera en las
cercanías de la ciudad nor amazónica de Bagua, cuando el 5 de junio
la policía despejó por la fuerza la vía con un saldo oficial de 24
policías y 10 civiles muertos, cifra que no convence a Aidesep.
La prensa y las instituciones defensoras de los derechos humanos
han recogido impactantes denuncias sobre numerosos nativos muertos
por las tropas y cuyos cadáveres fueron incinerados o retirados en
helicópteros.
Esas versiones no han sido confirmadas y, por el contrario, la
Defensoría del Pueblo hizo una indagación en 39 de un total de más
de 150 comunidades, y difundió un informe según el cual en los
lugares visitados no hay indígenas desaparecidos.
El gobierno ha usado ese reporte como prueba que en los sucesos
del 5 de junio no hubo ninguna matanza masiva e insistir en que los
policías fueron las víctimas.
La presidenta de Aidesep, Daisy Zapata, dijo el informe no es
confiable, porque solamente se refiere a la situación de un 22 por
ciento de las comunidades awajún.
Insistió en la necesidad de crear una Comisión de la Verdad con
participación indígena y gubernamental y de observadores
internacionales, que investigue la matanza y esclarezca el problema
de los desaparecidos.
El dirigente awajún Salomón Awananch Wajush, dijo que las
conclusiones de la Defensoría no pueden ser consideradas definitivas
porque hay comunidades que se encuentran a varios días de camino y
que no han sido visitada y reveló que ese organismo seguirá
indagando.
El director de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh),
Miguel Jugo, coincidió con los nativos en considerar urgente una
investigación independiente sobre los sucesos del 5 de junio.
Recordó que una pesquisa imparcial y con veedores
internacionales, fue recomendada por el relator de Naciones Unidas
para los Derechos de los Pueblos Indígenas, James Anaya, y por la
Federación Internacional de Derechos Humanos.
Aprodeh ha recogido importantes testimonios sobre muertos y
desaparecidos y considera que deben ser investigados.