En ese amplio movimiento terrestre y aéreo participan desde ayer unos cuatro mil marines enviados desde su base en Estados Unidos en la codificada Operación Janjar (Golpe de Espada), respaldada por un contingente de soldados británicos, que se desplaza por los flancos norteños.

Esa maniobra a gran escala y sin límite de duración pretende expulsar a los antigubernamentales desde el norte y sur de Helmand, antes de las elecciones presidenciales del 20 de agosto próximo y establecer bases para mantener el control y estabilizar la región.

Según la portavoz estadounidense, capitán Elisabeth Mathias, se libran intensos combates en los alrededores del municipio de Khanishin, capital del distrito de Reg, y otras zonas del valle del río Helmand, limítrofe con Paquistán.

De acuerdo con esa versión, hasta la fecha esos enfrentamientos ocasionaron un marine muerto y otros siete heridos, y dos helicópteros dañados por disparos de los insurgentes, quienes reportaron 12 fallecidos.

Este militar estadounidense muerto representa el 642 desde que invadieron y ocuparon Afganistán el 7 de octubre del 2001.

Mathias confirmó la captura de un soldado estadounidense por insurgentes en Afganistán, quien desapareció el pasado martes. Un líder rebelde reivindicó que tres soldados afganos fueron apresados también junto con el norteamericano.

El vocero de la resistencia, Mohamad Yusuf Ahmadi, se mostró escéptico sobre el número de tropas que supuestamente participan en esa ofensiva y recordó que operaciones de este tipo fueron ejecutadas en el pasado y sin ningún éxito, excepto víctimas civiles y destrucciones.

Ahmadi, citado por la agencia de Prensa Informativa Afgana (PIA), afirmó que los insurgentes muestran fuerte resistencia y adoptan toda clase de tácticas.

Por otro lado, más de 700 soldados de las tropas especiales británicas intervienen en la tercera fase de la operación llamada Garra de Pantera, lanzada hace dos semanas en Helmand, según la cadena de radioemisora BBC de Londres.