Cuentan que en 1896, en el pequeño poblado del Guatao en la
provincia de La Habana, un día de festejos terminó con la muerte de
18 personas y más de una treintena de heridos graves. En tal
historia y refrán pienso ahora cuando las temperaturas suben, se
acrecientan las horas de ocio y miles de personas buscan el mejor
modo de divertirse, algunos sin tener en cuenta la peligrosidad de
sus comportamientos.
Y es en la vía donde los problemas se agravan. Los meses de
vacaciones aumentan los factores de riesgo pues comienzan a
multiplicarse las opciones recreativas, y confluyen más peatones y
vehículos en las carreteras. Tal aglomeración la complica aún más la
heterogeneidad de vehículos que recorren nuestras vías: bicitaxis,
carretones, añejos autos, camiones... A lo cual se suma, según el
teniente coronel Reinaldo Becerra Acosta, jefe de Departamento de la
Dirección Nacional de Tránsito, la entrega a particulares de
licencias operativas para agenciar pasajes, por lo que aparecen más
y nuevos "boteros", alguno de ellos ilegales.
A pesar de tamaña complicación, el objetivo es lograr un verano
feliz. Por ello la Dirección de Tránsito y otros organismos, alertan
a quienes planifican las actividades y las disfrutan. En primer
orden: realizar las labores de bacheo y pavimentación fuera del
horario pico, tampoco cerrar vías o hacer desvíos cuando se realicen
las grandes fiestas, todo ello complica la circulación y causa
accidentes.
Los especialistas de Tránsito aconsejan a las instituciones y
empresas ser racionales al autorizar los vehículos para trasladar a
trabajadores y familias hacia las aéreas recreativas. "Deben estar
en buen estado técnico y haber pasado el "somatón", también su
conductor debe ser el más responsable, garante de la vida de quienes
transporta".
Uno de los problemas agravados con el verano es la ingestión de
bebidas alcohólicas. Por ello se realizarán, con mayor fuerza este
verano, pruebas para comprobar el aliento etílico, sobre todo a
choferes profesionales. Debemos garantizar que en los policlínicos
esté el galeno para atender este tema, pues el efecto que produce en
los conductores "un punto de sobriedad" es cardinal, ellos mismos
saben que si pasan por determinada vía los pararán en la posta
médica y les certificarán el aliento, comenta Becerra.
Sobre este flagelo, motivo de decenas de muertes al año, se toman
medidas para prohibir el expendio de bebidas alcohólicas a la orilla
de las carreteras. Pero más allá de las medidas tomadas por el
Estado y Gobierno cubanos, la mejor prevención la hacen el chofer,
su familia y quienes comparten el viaje a la playa o a cualquier
otro sitio; si de ellos no parte la iniciativa bien poco queda por
hacer.
Otro de los temas que ocupan espacio en la agenda es el exceso de
pasaje, tema también agudizado por estos días. No se necesita mucho
esfuerzo para avistar camiones, guaguas y autos atestados de
personas, que más que pasajeros parecen contorsionistas. Explica el
teniente coronel que tanto peso afecta el control y la dirección, y
provoca mortales accidentes. "No podemos ser ingenuos, no es la
generosidad la que mueve tal conducta, detrás se esconde el lucro."
Ante estas circunstancias el sistema de la policía aumenta su
presencia en las vías. Pero alerta Reinaldo Becerra que el objetivo
no es imponer más multas, la primera medida de prevención es la
presencia allí de los oficiales. El llamado entonces es a no asumir
posiciones de resistencia o de desacato ante lo mal hecho.
Es necesario el apoyo de todos, de los conductores, la familia en
general, de los vacacionistas para que rechacen las indisciplinas
sociales. Nuestros merecidos meses de descanso no tienen porqué
terminar como la famosa fiesta del Guatao.