A veranear, pero sin fiestas del Guatao

Leticia Martínez Hernández

Llegan julio y agosto, y con ellos el merecido descanso tras meses de mucho trabajo, marcados por desoladores vientos e inundaciones, por los avatares de una crisis económica cada vez más palpable y por exámenes escolares que han hecho perder el sueño a más de uno. Es tiempo ahora de descansar, también de divertirse. Pero ojo: que tal relajamiento no termine como la famosa fiesta del Guatao.

Foto: Raúl LópezPrecaución es la palabra de orden durante el verano.

Cuentan que en 1896, en el pequeño poblado del Guatao en la provincia de La Habana, un día de festejos terminó con la muerte de 18 personas y más de una treintena de heridos graves. En tal historia y refrán pienso ahora cuando las temperaturas suben, se acrecientan las horas de ocio y miles de personas buscan el mejor modo de divertirse, algunos sin tener en cuenta la peligrosidad de sus comportamientos.

Y es en la vía donde los problemas se agravan. Los meses de vacaciones aumentan los factores de riesgo pues comienzan a multiplicarse las opciones recreativas, y confluyen más peatones y vehículos en las carreteras. Tal aglomeración la complica aún más la heterogeneidad de vehículos que recorren nuestras vías: bicitaxis, carretones, añejos autos, camiones... A lo cual se suma, según el teniente coronel Reinaldo Becerra Acosta, jefe de Departamento de la Dirección Nacional de Tránsito, la entrega a particulares de licencias operativas para agenciar pasajes, por lo que aparecen más y nuevos "boteros", alguno de ellos ilegales.

A pesar de tamaña complicación, el objetivo es lograr un verano feliz. Por ello la Dirección de Tránsito y otros organismos, alertan a quienes planifican las actividades y las disfrutan. En primer orden: realizar las labores de bacheo y pavimentación fuera del horario pico, tampoco cerrar vías o hacer desvíos cuando se realicen las grandes fiestas, todo ello complica la circulación y causa accidentes.

Los especialistas de Tránsito aconsejan a las instituciones y empresas ser racionales al autorizar los vehículos para trasladar a trabajadores y familias hacia las aéreas recreativas. "Deben estar en buen estado técnico y haber pasado el "somatón", también su conductor debe ser el más responsable, garante de la vida de quienes transporta".

Uno de los problemas agravados con el verano es la ingestión de bebidas alcohólicas. Por ello se realizarán, con mayor fuerza este verano, pruebas para comprobar el aliento etílico, sobre todo a choferes profesionales. Debemos garantizar que en los policlínicos esté el galeno para atender este tema, pues el efecto que produce en los conductores "un punto de sobriedad" es cardinal, ellos mismos saben que si pasan por determinada vía los pararán en la posta médica y les certificarán el aliento, comenta Becerra.

Sobre este flagelo, motivo de decenas de muertes al año, se toman medidas para prohibir el expendio de bebidas alcohólicas a la orilla de las carreteras. Pero más allá de las medidas tomadas por el Estado y Gobierno cubanos, la mejor prevención la hacen el chofer, su familia y quienes comparten el viaje a la playa o a cualquier otro sitio; si de ellos no parte la iniciativa bien poco queda por hacer.

Otro de los temas que ocupan espacio en la agenda es el exceso de pasaje, tema también agudizado por estos días. No se necesita mucho esfuerzo para avistar camiones, guaguas y autos atestados de personas, que más que pasajeros parecen contorsionistas. Explica el teniente coronel que tanto peso afecta el control y la dirección, y provoca mortales accidentes. "No podemos ser ingenuos, no es la generosidad la que mueve tal conducta, detrás se esconde el lucro."

Ante estas circunstancias el sistema de la policía aumenta su presencia en las vías. Pero alerta Reinaldo Becerra que el objetivo no es imponer más multas, la primera medida de prevención es la presencia allí de los oficiales. El llamado entonces es a no asumir posiciones de resistencia o de desacato ante lo mal hecho.

Es necesario el apoyo de todos, de los conductores, la familia en general, de los vacacionistas para que rechacen las indisciplinas sociales. Nuestros merecidos meses de descanso no tienen porqué terminar como la famosa fiesta del Guatao.

 

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