El Ejército de Honduras fue colocado hoy en el banquillo de los
acusados por organizaciones de Derechos Humanos locales, que lo
acusan de realizar reclutamiento forzoso de jóvenes en varias
regiones del país.
La Comisión de Familiares de Desaparecidos y el Centro para la
Promoción de Derechos Humanos en esa nación, denunciaron que
patrullas militares enrolan por la fuerza a campesinos en las
localidades de Olancho, Colón, Tocóa y Olanchito.
Especialmente, la Comisión de Familiares de Desaparecidos de
Honduras (Cofadeh) declaró que patrullas militares llegaron por la
noche del pasado lunes a las zonas de referencia y sacaron a los
jóvenes, a quienes se llevaron a los cuarteles "para prestar
servicio militar", informa este miércoles la versión digital de El
Nuevo Diario, de Nicaragua.
El Centro para la Promoción de Derechos Humanos (Ciprodeh)
denunció que esa misma práctica se ha venido realizando por las
Fuerzas Armadas en las zonas bananeras de Aguán.
Ciprodeh también condenó la captura que ejecutó el Ejército
hondureño del abogado Marcelo Martínez, asesor legal de
organizaciones campesinas y de organismos de derechos humanos.
Una caravana de vehículos, encabezada por el sacerdote Andrés
Tamayo, viajó la mañana del martes hacia Tegucigalpa, para denunciar
los reclutamientos forzosos de jóvenes campesinos en zonas
bananeras, informaron desde Honduras al Centro Nicaragüense de
Derechos Humanos.
Medios alternativos informaron desde Tegucigalpa que una nueva
manifestación de pobladores fue desalojada en el puente La Amistad,
arremetida que provocó una veintena de lesionados.
En Marcala, el Ejército detuvo varios autobuses llenos de
simpatizantes del Presidente Zelaya, y les impidieron continuar su
marcha hacia la capital del país, luego de que ráfagas de
metralletas hicieron explotar los neumáticos de los vehículos.
En esta misma localidad, el líder comarcal Juan Castellanos fue
capturado por las fuerza militares y se desconoce su paradero.