El mandatario boliviano Evo Morales propuso este miércoles a la
Organización de Estados Americanos (OEA) crear un Tribunal Penal
Interamericano para procesar denuncias en torno al golpe de Estado
contra el Presidente constitucional hondureño Manuel Zelaya.
En conferencia de prensa en el palacio de Gobierno en la Paz,
Morales presentó la iniciativa, basada en el artículo tres de la
Carta Democrática Interamericana, reseña Prensa Latina.
Ese apartado sostiene que los pueblos de la región tienen derecho
a la democracia, y sus gobernantes la obligación de promoverla y
defenderla, indicó el jefe de Estado andino.
Según la propuesta, el Tribunal tendrá como finalidad la
recepción de denuncias, investigación, procesamiento y sanción a
personas que hayan cometido delitos y atentados contra la democracia
y los derechos humanos en Honduras.
La audiencia actuará amparada en varios documentos de derecho
internacional, entre ellos, la Carta de de la OEA, la Declaración de
los Derechos y Deberes del Hombre Americano, la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y la Constitución Política de Honduras.
El mandatario boliviano indicó que enviará la propuesta al
secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
Diversos medios de prensa también destacaron hoy que el Zelaya
pospuso para el fin de semana el retorno a su país, al término del
ultimátum dado por la OEA al gobierno de facto instaurado en esa
nación de América Central.
"Voy a respetar esas 72 horas que ha pedido la OEA. Todos los
países lo han solicitado con el fin de hacer un retorno ordenado y
apoyado", agregó el gobernante hondureño, quien fue secuestrado por
las fuerzas armadas de su país y expulsado hacia Costa Rica el
domingo último.
Nicolás Maduro, Canciller de Venezuela, condenó el golpe fascista
y dijo que la comunidad internacional se ha volcado en apoyo a un
pueblo hondureño vedado informativamente y que está luchando en las
calles.
El mandatario salvadoreño Mauricio Funes reiteró que su país no
reconoce el Gobierno de facto de Roberto de Micheletti y consideró
que la presión y el aislamiento internacional permitirán restablecer
a Zelaya.
En Tegucigalpa, Micheletti, al que muchos llaman Goriletti, trata
de acercarse a la comunidad internacional y sostiene que no
renunciará, mientras las fuerzas armadas hondureñas intentan
controlar las manifestaciones de los simpatizantes del Presidente
constitucional hondureño.