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El grupo Hamas criticó el silencio de potencias mundiales respecto a
las acciones de Israel contra los palestinos, desde la intercepción
hoy de un barco con ayuda humanitaria para Gaza hasta la demolición
de viviendas en Cisjordania.
El vocero del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), Fawzi
Barhoum, deploró este miércoles la indiferencia internacional a la
captura por Israel de un barco civil que transportaba ayuda
humanitaria hacia Gaza.
La armada israelí impidió el atraque en las costas de esta franja
de la embarcación que transportaba a miembros del movimiento
pacifista Free Gaza y la forzó en aguas internacionales a dirigirse
al puerto de Ashdod, en el sur de Israel.
Además de arrestar a quienes ya habían burlado en tres ocasiones
anteriores el férreo bloqueo al enclave costero, las autoridades
israelíes confiscaron el material humanitario y sin garantías de que
lo envíen por tierra a Gaza, luego de un chequeo riguroso.
Barhoum afirmó que el secuestro de un barco con activistas
solidarios de 11 países indica que Israel ha ido demasiado lejos en
sus actos criminales, y amplía su rango de agresión más allá de los
territorios palestinos que ocupa o bloquea, como este enclave.
La acción represiva ocurrió un día después de las audiencias
realizadas por la ONU sobre violaciones cometidas por los militares
judíos en esta franja bajo control de los islamistas durante 22 días
de bombardeos, que dejaron mil 400 muertos y cinco mil 300 heridos.
El enclave, apuntó el portavoz, está necesitado de los esfuerzos
de todos los activistas internacionales y grupos de derechos humanos
para ayudar a mujeres, niños y ancianos, así como a las víctimas de
la reciente ofensiva militar.
Pese a las evidencias expuestas, el gobierno de Tel Aviv intentó
negar la magnitud de sus ataques con misiles desde el aire en Gaza,
mientras ordenó la demolición de viviendas palestinas en Jerusalén y
autorizó la construcción de 50 casas en la colonia judía de Adam.
El Ministerio israelí de Defensa dio luz verde el lunes para que
se amplíe el asentamiento en la ocupada Cisjordania con nuevas casas
que forman parte de un proyecto de mil 450 inmuebles, para dar
alojamiento a unos 200 colonos de Migron.
La comunidad internacional, incluido su aliado Estados Unidos,
reclaman la congelación de esos planes expansionistas, pero el
gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu se niega, incluso en
momentos en que el titular de Defensa, Ehud Barak, visitó
Washington.
Barak se reunió con el enviado estadounidense para el Medio
Oriente, George Mitchell, y aunque no llegaron a ningún compromiso
sobre el tema, describieron como constructivas las pláticas y
acordaron un nuevo encuentro en dos semanas para un arreglo final.
Entretanto, la agencia palestina Maan reportó que docenas de
colonos israelíes se apropiaron de una hacienda en la aldea de Kafr
Al-Labad, en la localidad de Tulkarem, en el norte de la Ribera
Occidental, y se instalaron en tres tiendas de campaña.
Mientras los extremistas judíos se adjudicaban una propiedad
pública palestina, la municipalidad de Jerusalén entregó hoy órdenes
de demolición de viviendas a otras siete familias en el vecindario
de Wadi Hilwa de Silwan, en el sur de la Ciudad Vieja.
El mandato se conoció un día después de que las autoridades
municipales israelíes derribaron una casa en el Monte de los Olivos.