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El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Bernard Kouchner,
siguió los pasos de España y llamó a consultas a su embajador en
Honduras, al tiempo que reiteró su firme condena al golpe de Estado
en esa nación centroamericana.
En coordinación con nuestros socios europeos presentes en
Honduras, he decidido convocar al jefe de nuestra misión diplomática
en Tegucigalpa, subrayó Kouchner quien dijo se trata de una clara
muestra de rechazo a la ruptura de la constitucionalidad.
Repudiamos firmemente el derrocamiento del orden constitucional.
El futuro de Honduras y de esa región es indisociable de la
democracia, argumentó el canciller francés.
Kouchner mantuvo así la presión de París que desde el primer
momento el pasado domingo deploró el golpe de Estado contra el
presidente Manuel Zelaya y fue uno de los promotores de una condena
general de la Unión Europea al asunto.
España fue el primero del bloque comunitario en pronunciarse de
esa forma y también se adelantó al llamado a su embajador en el país
centroamericano, un estilo de la diplomacia que demuestra el
disgusto con determinadas situaciones.