Sumergidos en el recogimiento espiritual de los viernes, los iraníes
aprecian hoy un progresivo retorno a la normalidad en medio de
llamados de clérigos y políticos a respetar las leyes y sacar
lecciones de la crisis postelectoral.
Tanto la prensa como ciudadanos comunes destacan aquí la
exhortación del Gran Ayatolah Nasser Makarem-Shirazi a la
reconciliación nacional y a hallar una solución no superficial al
contencioso desatado tras los comicios presidenciales del 12 de
junio.
Makarem-Shirazi señaló que ciertos aventureros sacaron provecho
de los sucesos extremadamente amargos que siguieron a la votación y
de las disputas entre los honorables candidatos.
El profesor de teología aseguró que esos sucesos causaron hondo
rechazo y pesar en todos los iraníes leales al sistema islámico y a
la revolución ( ), mientras agradaron al enemigo, de ahí que instó a
la unidad y a solucionar las diferencias por medios legales.
El octogenario jurista opinó que definitivamente, algo debe
hacerse para asegurar que no hay brasas quemándose bajo las cenizas,
y abogó porque hostilidades, antagonismos y rivalidades se
transformen en amistad y cooperación entre todos los partidos.
Además, pidió a los rivales a mostrar moderación para hallar una
solución racional y velar por el futuro del país.
Personas contactadas por Prensa Latina expresaron confianza en la
recuperación del orden y la tranquilidad ciudadana en Teherán y las
demás ciudades del país donde se registraron protestas callejeras
para impugnar el resultado de los comicios.
La voluntad popular que mayoritariamente apoyó la reelección del
presidente Mahmoud Ahmadinejad se hace sentir, y la situación vuelve
a estabilizarse, comentó Hamid Shahrabi, uno de los dirigentes de
una agrupación de solidaridad internacional.
Según testimonios de varios iraníes, la realización de exámenes
de admisión en las universidades y la ausencia de manifestaciones en
las calles capitalinas también son una señal de normalidad
paulatina.
Fuentes gubernamentales, sin embargo, consideraron necesario
mantener un notorio despliegue de efectivos de seguridad para evitar
provocaciones, sobre todo de partidarios del principal candidato
perdedor en los comicios, Mir-Hossein Mousavi.
Mousavi, que alentó los disturbios en Teherán con saldo oficial
de 19 muertos y decenas heridos, acusó ayer al gobierno de
distorsionar los hechos en el país y pretender aislarlo al
responsabilizarlo por la reciente violencia y derramamiento de
sangre.
Además de amenazar con continuar su desafío a las autoridades y
las leyes de la nación persa, el sitio web del ex primer ministro
denunció que el jefe de información de su campaña electoral,
Abolfazl Fateh, fue impedido de abandonar Irán con destino a Gran
Bretaña.
Por su lado, el alcalde de Teherán, Mohammad-Baqer Qalibaf, se
pronunció por respetar ética y leyes iraníes, y recordó a Mousavi y
al otro candidato de la llamada corriente reformista Mehdi Karroubi
que cuando se postularon aceptaron las reglas del juego político en
Irán.
Ellos son conscientes de que se postularon para presidente y sus
candidaturas fueron autorizadas dentro del actual sistema legal, por
lo que deben canalizar sus quejas en el ámbito de ese sistema, dijo
al proponer, por otro lado, una legalización de protestas pacíficas.