UNION EUROPEA

Generosas subvenciones

ARSENIO RODRÍGUEZ

Realmente deben ser criticados quienes cuestionan la nobleza y bondades de las subvenciones agrícolas que, creadas por la Unión Europea, deben ayudar a los pequeños y medianos productores del agro.

 

La Maja Desnuda, de Goya. La Duquesa de Alba es descendiente de aquella que el maestro pintó, desnuda y vestida, en un diván.

En cuanto a las bondades, son más que generosas, tanto, que no solo ayudan a pobres y menos pobres, sino también a ricos, muy ricos y millonarios.

No lo digo yo, sino las propias fuentes comunitarias, que se ven obligadas, a partir del año 2008 por la Ley de Transparencia de abril último, a rendir cuentas acerca de cuánto dan y quiénes lo reciben.

Realmente provoca sorpresa, para no decir estupor, o más bien indignación, a los críticos de la Política Agraria Común (PAC), tanto de los pequeños y medianos productores europeos, como los representantes de las naciones subdesarrolladas.

Y es que en cuanto a la "nobleza" son precisamente los representantes de las monarquías, los millonarios, del agro y la industria, quienes reciben la tajada más generosa de las subvenciones de un pacto comunitario que nació, paradójicamente, para beneficiar a los pobres.

El pasado año, estando en Sevilla, me comentaron unos trabajadores agrícolas que una de las beneficiadas con estas generosas ayudas era nada menos que la Duquesa del Alba, o sea, la descendiente de aquella que el maestro Goya pintó, desnuda y vestida, en un diván.

NUMERITOS HABLAN

En la página digital de la BBC británica de mediados de mayo, se asegura que en reciente informe, fuentes comunitarias precisaban los nombres de los miembros de la nobleza europea que fueron beneficiados con importantes sumas de dinero.

Entre ellas se encuentra la española y actual Duquesa de Alba y sus hijos, quienes recibieron más de dos millones de euros, a través de algunas de sus empresas, como Euroexplotaciones Agrarias y Eurotécnicas Agrarias.

A estos habría que sumarle los conocidos apellidos de la nobleza española, como los Borbón, Osborne, Conde, Domecq, así como el Príncipe Joaquín I de Dinamarca o la familia real belga, entre otros.

Pero no solo es la realeza terrateniente la beneficiada con esos subsidios, sino también los representantes de las grandes industrias de la alimentación, quienes, de acuerdo con la ONG Farmsubsidy, acaparan la mayoría de esos fondos.

Según el informe consultado, duques, condes, baronesas, príncipes y monarcas, figuran entre los privilegiados de la PAC.

Además de los ibéricos citados, tenemos a la reina de Inglaterra, Isabel II, considerada una de las mujeres más ricas del planeta, quien recibió 530 000 euros por sus propiedades en Sandringhan.

El futuro soberano del reino británico, el Príncipe Carlos, obtuvo 180 000 euros, mientras que el Duque de Westminster, quien figura en el listado de los millonarios del Reino Unido, se benefició con 540 000 euros.

LOS POBRES RICOS BENEFICIADOS

Según reporte de una organización no gubernamental europea, fueron beneficiadas también 180 compañías italianas, 165 españolas, 47 holandesas, 38 portuguesas, 22 belgas, 21 británicas y 12 rumanas y búlgaras, con aportaciones por más de 1 millón de euros cada una en el periodo ya citado.

Un experto en estos asuntos, José Antonio Hernández, de Oxfam Internacional, dijo que "las subvenciones comunitarias están lejos de ayudar al pequeño campesino europeo. Es indispensable una reforma de la PAC para romper este desequilibrio, porque no están ayudando a la agricultura familiar europea, sino a grandes terratenientes y miembros de la nobleza".

El asunto se vuelve más polémico cuando, según datos de la UE, el paquete agrícola de la organización suma unos 55 000 millones de euros, un 40% del presupuesto total, pero solo beneficia al 10% de su población.

La filosofía del pacto pudiera interpretarse, según los hechos, que los pobres dejarán de ser pobres, porque desaparecerán como pequeños productores, los medianos ocuparán su lugar, y los ricos, más ricos y millonarios, seguirán beneficiándose con los recursos provenientes de todos los Estados comunitarios.

Y cualquier semejanza con los paquetes de ayuda que reciben los bancos ante la posibilidad de una quiebra, por parte de sus gobiernos en plena crisis global, es pura coincidencia.

 

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