Alicia, el BNC y la FEU, medio siglo después

MIGUEL CABRERA

Esta noche el teatro Karl Marx será testigo de una conmemoración histórica: el medio siglo de la primera función ofrecida por Alicia Alonso y el hoy Ballet Nacional de Cuba, después del triunfo de la Revolución, a la gloriosa Federación Estudiantil Universitaria (FEU), acontecimiento que tuvo lugar el 1ro. de junio de 1959, en el Coliseo Deportivo de La Habana, como culminación de la llamada Operación Cultura, organizada por la mencionada organización estudiantil.

La velada conmemorativa de hoy tendrá en la escena Shakespeare y sus máscaras.

El evento posibilitó por primera vez a los cubanos el disfrute concentrado y masivo de valiosas expresiones de la cultura nacional y universal, entre ellos conciertos sinfónicos, ferias de libros, exposiciones de artes plásticas y ciclos de cine en varios espacios capitalinos, así como un memorable recital del maestro Ernesto Lecuona y varios de sus más afamados intérpretes, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.

Programada originalmente para el 29 de mayo en el Estadio Universitario, la presentación, por las inclemencias del tiempo, se celebró finalmente en el amplio espacio techado del Coliseo, donde se dio cita un público multitudinario, expectante por ver a quien era ya leyenda viva del arte y la cultura del país, dolorosamente alejada de nuestros escenarios desde 1956, fecha en que se negó a actuar en Cuba mientras la dictadura batistiana siguiera derramando la sangre generosa del pueblo cubano.

Cartel que anunció la función del ballet en la Operación Cultura.

No hay que olvidar los estrechos lazos existentes entre Alicia, el Ballet y la FEU, desde la fundación de la compañía, nexos establecidos a menos de un mes de su creación, el 28 de octubre de 1948, cuando la FEU, a finales del mes de noviembre acudió a su rescate en Caracas, Venezuela, donde un inescrupuloso empresario los dejó desamparados tras el golpe de estado que derrocó al presidente Rómulo Gallegos. Los dirigentes estudiantiles cubanos establecieron contacto con sus colegas de la Universidad de Río Piedras, en Puerto Rico, a fin de lograr allí la realización de varias actuaciones que permitieron al conjunto pagar las deudas contraídas y regresar a la Patria cargado de honores artísticos, aunque en la más absoluta penuria económica. Se iniciaba así esa entrañable relación que Alicia ha definido como la de "un matrimonio feliz". Los días 8, 11 y 26 de enero de 1949 nuestra prima ballerina, Fernando Alonso y otros directivos del Ballet, con el apoyo de la FEU, lograron el gran sueño: llevar gratuitamente el arte del ballet a los sectores más humildes de la nación, quienes pudieron disfrutar por primera vez, en el Estadio Universitario, de un repertorio de amplio registro estilístico que incluyó obras del romanticismo como Giselle, clásicos como El lago de los cisnes (II acto) y Las bodas de Aurora; y creaciones contemporáneas de Mijail Fokine (Las sílfides) y de Alberto Alonso (La Valse y Concerto).

Durante otra crisis financiera de la compañía, a principios de 1950, la FEU jugaría un papel decisivo en la obtención de una subvención estatal para la misma, arrancada al gobierno de Carlos Prío Socarrás, que aunque exigua, permitió mantener las presentaciones teatrales y crear la Academia de Ballet Alicia Alonso, forjadora del método pedagógico de la hoy mundialmente reconocida escuela cubana de ballet, de donde surgieron las primeras generaciones de bailarines cubanos profesionales.

En esa propia década, etapa decisiva en la historia nuestra, la vocación patriótica de las dos entidades alcanzó las más altas cotas de identificación, ya que para ambas, defender la cultura era defender la raíz y los destinos de la nación. Ese credo los unió en los Festivales Universitarios de Arte, celebrados en 1954 y 1955, presentados en el Estadio Universitario con el estímulo de los más preclaros dirigentes estudiantiles, entre ellos Juan Nuiry y José Antonio Echeverría, quienes con la misma entereza con que enfrentaban golpizas, persecuciones y encarcelamientos, hicieron causa común con la obra del ballet cubano y lucharon decididamente por su salvaguardia.

A pesar de la apatía oficial, esos festivales permitieron que decenas de miles de cubanos enriquecieran su cultura y su vida espiritual con El lago de los cisnes, cuya puesta constituía el estreno de la versión completa de la obra en América Latina, y Giselle, obra en la que ya la Alonso era proclamada internacionalmente como su más excelsa intérprete contemporánea.

El 15 de septiembre de 1956 la FEU organizó el Homenaje Nacional de Desagravio a Alicia, agredida y difamada por la tiranía, que al no lograr convertirla en su agente propagandístico, decidió suprimir la subvención estatal que recibía el Ballet de Cuba, lo que provocó la disolución del conjunto. En el Estadio Universitario, estallante de arte y patriotismo, habló por última vez en público el líder estudiantil Fructuoso Rodríguez, para fustigar tan vandálico hecho, a escasos siete meses de ser asesinado en la masacre de Humboldt 7.

Después de la clarinada del Primero de enero de 1959 volvieron a juntarse Alicia, el Ballet y la FEU, en la función de aquel 1ro. de junio. Esa noche el pueblo, ya público de danza por derecho propio, pudo encontrar en "Las princesas" de El lago de los cisnes y en Remembranza cubana, coreografía de Elena del Cueto, con música de Manuel Saumell, nuevos talentos forjados en el duro paréntesis escénico de 1956-1958, quienes como Mirta Plá, Aurora Bosch, Loipa Araújo, Josefina Méndez, Laura Alonso y Ramona y Margarita de Sáa, estaban destinadas a cumplir un rol histórico en el futuro que las aguardaba.

Alicia, acompañada por Igor Youskevitch, volvió a ser Odette, la reina de los cisnes, dirigida musicalmente por uno de los más fieles colaboradores de ella y Fernando Alonso: el maestro Enrique González Mántici.

Esta noche, medio siglo después, la puesta de Shakespeare y sus máscaras; una bella versión coreográfica de la tragedia Romeo y Julieta, del genial dramaturgo inglés, realizada por Alicia, volverá a reunirla con la FEU. Noche de gran arte será y también de entrañable recuerdo para todos aquellos que con sensibilidad y valentía contribuyeron a forjar la realidad de estos tiempos nuevos.

 

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