El reto de educar en valores

Raquel Marrero Yanes

El sistema de valores que cada persona posee está directamente vinculado a las formas de vida de la sociedad. De ahí la necesidad de profundizar y fortalecer esa educación, porque de ello depende salvar lo más preciado de la humanidad: el hombre mismo.

 Foto: Ismael BatistaDoctora Esther Báxter

Los criterios son de la doctora Esther Báxter Pérez, investigadora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP), del Ministerio de Educación, quien asegura que los valores son determinaciones espirituales que designan la significación positiva de las cosas, hechos, fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, una clase social o la sociedad en su conjunto.

Con una experiencia de más de cuatro décadas en el sector educacional como maestra, directora, asesora y metodóloga, reconoce que la formación en valores se inicia desde edades tempranas, se desarrolla en el transcurso de la vida y se constituye en una guía general de conducta.

Educar en valores, agrega, es la acción planificada, intencionada, orientada y controlada que ejercen la familia, la escuela y la comunidad, mediante el ejemplo personal en las actuaciones de los adultos responsabilizados con el encargo social de la formación de las nuevas generaciones.

Para educar en tal sentido, dice, se requiere la participación activa y consciente de todos los factores sociales que rodean al individuo: el barrio, los vecinos, los amigos y las instituciones, quienes no pueden estar al margen de esa educación, pues acogen al individuo en la medida que avanza en su madurez y lo integra socialmente.

En Cuba la educación y formación en valores es el resultado de una tradición, de aquellos que en el pasado nos legaron su ejemplo personal, sus inquietudes revolucionarias y, sobre todo, el sentido de justicia, humanidad, libertad.

Nuestro sistema educacional trabaja en el reforzamiento de los valores fundamentales que se sustentan en líneas generales en el Programa Director orientado por el Comité Central del Partido: honestidad, honradez, patriotismo, laboriosidad, dignidad, justicia, solidaridad, responsabilidad y humanismo.

Ello significa, indicó la doctora Báxter, utilizar cada momento en que se interactúa con los educandos para demostrarles cuándo, cómo y qué hacer para enfrentar los retos que nos impone la vida.

En la escuela cubana lo primero es dar "explicaciones convincentes", con "ejemplos creíbles" de lo que acontece, con argumentos y lenguaje claro, accesible a todas las edades.

Como métodos de la formación en valores, opina, es preciso emplear más los concursos, las competencias deportivas y recreativas, tanto en instituciones como en la comunidad, porque en ellas surgen, se desarrollan y consolidan, actitudes, sentimientos, cualidades y valores positivos en los educandos.

También influyen de manera decisiva las narraciones de hechos y actividades de los grandes hombres y mujeres del pasado y del presente, el análisis y debate de obras literarias, documentales, seriales y películas.

Reconoció mi entrevistada que al defender la obra de la Revolución, el pueblo cubano lucha por mantener y desarrollar en las nuevas generaciones preciados valores, como el patriotismo, la justicia, el colectivismo e internacionalismo.

La doctora Báxter es autora de ¿Cómo y cuándo educar en valores?, Educar en valores. Tarea y reto de la sociedad y La educación en valores y su relación con la evaluación de su calidad, textos dirigidos en lo esencial a docentes y padres, y de interés para los propios estudiantes. En ellos pone al alcance de los lectores métodos, procedimientos e instrumentos que permiten determinar el estado de los valores formados.

Ante las crecientes amenazas planetarias —guerras, cambios climáticos, crisis económicas— son tiempos de marcha unida de nuestra sociedad en pos de la formación de valores en niños y jóvenes, porque el futuro está en manos de las nuevas generaciones.

 

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