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Irán negó hoy haber censurado a los medios noticiosos nacionales a
raíz de las protestas postelectorales, mientras los servicios de
inteligencia aportaron más detalles sobre complots fraguados para
desestabilizar el país.
El viceministro de Cultura encargado de la atención a la prensa,
Ali-Reza Malekian, calificó de puras mentiras las afirmaciones de
que se impusieron limitaciones a la actividad de los medios para
reportar las manifestaciones callejeras opositoras.
Tras conocerse el resultado de las décimas elecciones
presidenciales de la república islámica, en las que el mandatario
Mahmoud Ahmadinejad derrotó con amplio margen al ex primer ministro
Mir-Hossein Mousavi, seguidores de éste protestaron de forma airada.
Niego los planteamientos hechos por quienes se quejan de que los
periódicos locales en Irán están bajo presión para no publicar los
recientes incidentes, remarcó Malekian a la agencia Mehrnews, al
advertir diferencias sustanciales en la cobertura periodística.
Distinguió que los órganos informativos iraníes reflejan tanto en
diarios como emisoras radiales, televisivas y agencias los
acontecimientos recientes tomando en cuenta los intereses
nacionales, mientras a los foráneos eso no les preocupa.
Algunos reporteros extranjeros, apuntó, tienen el propósito de
provocar el caos en Irán haciendo ojos ciegos a la ética profesional
y publicando falsas noticias, postura que llevó a la expulsión de
algunos corresponsales de órganos no iraníes.
Por otro lado, el ministro de Inteligencia, Gholam-Hossein
Mohseni-Ejei, confirmó la existencia de complots terroristas
dirigidos a minar la seguridad y la estabilidad del país durante y
después de las elecciones presidenciales.
Mohseni-Ejei reveló que fueron desmantelados grupos involucrados
en esas actividades, y desactivados edificios y otras instalaciones
utilizadas con esos fines, además de que se han producido arrestos
en distintas etapas.
Reiteró que Estados Unidos y algunos países occidentales europeos
trabajaron para tratar de generar inestabilidad y desórdenes en la
atmósfera electoral iraní.
Citado por la agencia IRNA y el canal PRESS TV, ambos estatales,
el titular señaló que las conspiraciones contemplaron ataques con
bomba a sitios públicos, incluido uno abortado en el santuario al
fundador de la revolución, Imán Khomeini, aunque murió un suicida y
otra persona.
Los servicios de inteligencia y la policía obtuvieron evidencias
de que detrás de esas acciones estaban gente ligadas a los regímenes
sionista (Israel) y no sionistas fuera del país, y también
capturaron a un grupo que planeaba actos terroristas en el este de
Irán.
Además de incautarles el equipamiento que utilizarían para
materializar sus planes, las fuerzas de seguridad arrestaron a otro
grupo que organizó un atentado en la ciudad de Tabriz cuando uno de
los candidatos presidenciales pretendía pronunciar un discurso allí.
Otras células terroristas, prosiguió Mohseni-Ejei, fueron
identificadas y desarticuladas en el sur de la nación, especialmente
en Ahvaz, poco antes de que llevaran a cabo sus actividades.
Según datos oficiales, en 12 días de tensión y manifestaciones se
registraron 20 muertos, unos mil heridos y más de 450 detenidos.