El funcionamiento de una planta de hielo seco en la capital
cubana contribuye a garantizar este insumo a los aeropuertos
internacionales de La Habana y Varadero, que antes había que
importar.
Alberto Lage Ramos, director de la planta de Co2 Exilgas, dijo a
la AIN que la entidad procesa unas 2,5 toneladas diariamente, lo que
representa un 10 por ciento de la capacidad total del centro.
Explicó que su poco aprovechamiento es debido a la gran cantidad
de clientes que utilizan neveras, equipos de frío y otros modelos de
climatización que son altamente consumidores de energía eléctrica.
Ramos aseveró que quienes necesitaban el hielo seco debían
comprarlo en Canadá o México, a un alto costo, debido, en lo
fundamental, a la transportación, y hoy -precisó- estamos en
condiciones de ir supliendo estos medios con esta producción
nacional.
Se obtiene a partir de la escarcha de dióxido de carbono
comprimido, la cual alcanza una temperatura de menos 33 grados
Celsius y su utilización fundamental está vinculada con la
conservación de los alimentos y de productos biotecnológicos.
Desde el punto de vista séptico no deja residual ninguno, al
evaporarse el gas a la atmósfera, lo que representa una ventaja
sobre el hielo de agua, y permite mantener en mejores condiciones
los productos que se almacenan.
Actualmente también se está empleando en la sede del Consejo de
Estado, la pesca, dependencias de la industria alimentaria, y
pretendemos llegar a todos los organismos que pudieran utilizar esta
técnica de conservación, afirmó Lage Ramos.