Tal como le había solicitado el actual Gobierno de los Estados
Unidos, la Corte Suprema de ese país se negó a considerar la
solicitud de revisión del caso, presentada por la defensa de los
Cinco antiterroristas cubanos.
Más allá de las arbitrariedades del proceso, el fallo encierra un
profundo desprecio para los sentimientos de los cubanos que, con
mucha razón, consideran a los Cinco como hijos sacrificados y
heroicos que los protegían de las acciones del terrorismo.
Frente a ese reclamo unánime de justicia, que se ha extendido por
el mundo, el Gobierno estadounidense ha mostrado así su decisión de
favorecer las demandas de la extrema derecha anticubana, asentada en
el enclave anexionista de Miami, desde donde durante medio siglo
manifiesta una intolerancia furiosa contra todo lo relacionado con
las ideas de nuestra Revolución.
Los medios de comunicación no han sido ajenos a ese
enfrentamiento. De una parte, existe un poderoso sistema de agresión
radial y televisiva contra Cuba, liderado por emisoras de propiedad
federal, comerciales y fonías contrarrevolucionarias en ondas cortas
radicadas en la Florida que transmiten en total cada semana 1 955
horas por 31 frecuencias en las bandas de onda media, onda corta, FM
y televisión, que han tenido a su disposición, además, aviones
especializados y satélites.
Por supuesto, ni un minuto ni un centavo de los 34 millones de
dólares, aprobados para esas transmisiones en el presupuesto de
Estados Unidos para este año, se invertirán en transmitir una sola
opinión coincidente con el reclamo de justicia para los Cinco.
Pero duele tanto o más todavía la condena adicional que los
medios hegemónicos transnacionales, paladines de la libertad de
prensa, han dictado contra los luchadores antiterroristas, y es el
silencio, la censura o la indiferencia ante su situación a pesar de
la excepcionalidad de muchos aspectos escandalosos del juicio que lo
harían noticia sensacional en los espacios estelares de las grandes
cadenas.
Del lado de la honradez humana está la llamada prensa
alternativa, integrada por miles de redes populares, emisoras
comunitarias, órganos de movimientos sociales, sindicales, de
solidaridad con Cuba y de gobiernos progresistas, que han acogido la
causa de la liberación de los Cinco como un tema permanente de
primer orden.
La reacción general de estos aparentemente pequeños medios ante
el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos, ha sido la del
emplazamiento público a la retórica inicial de la nueva
administración de ese país que tanto ha mencionado la palabra
"cambio".
Esa prensa, sin los intereses económicos o financieros del gran
capital detrás, seguirá fiel a la verdad y la justicia, junto a los
periodistas cubanos en esta batalla legal, de trasfondo político,
para lograr que regresen a casa estos patriotas de la humanidad.
El hermano pueblo de los Estados Unidos tiene derecho a conocer
la verdad sobre los cinco héroes cubanos. La gran prensa de ese
imperio, si desea realizar una genuina contribución a la lucha
contra el terrorismo, está en la obligación de no guardar ni un
minuto más de silencio sobre la injusta y cruel prisión de Gerardo,
Fernando, Ramón, Antonio y René.
Presidencia Nacional
Unión de Periodistas de Cuba