El 30% de las tierras en la provincia, unas 100 000 hectáreas,
están clasificadas como ociosas o deficientemente explotadas. Es
natural, por tanto, el desvelo.
Como todos conocemos "...virarse para la tierra..." , como
apuntara Raúl, es un asunto de extraordinario interés debido al
desafío por elevar la producción de alimentos y reducir su
importación.
Quienes piden las tierras muestran desacuerdo con el ritmo
demasiado lento en los trámites legales, de las investigaciones
preliminares y la excesiva demora para encauzar el expediente
después de hecha la solicitud.
Las gestiones fueron notablemente lánguidas en el mes de abril,
cuando el territorio reportó apenas el 50% de efectividad en el
proceso. Por fortuna, en los últimos días hubo un repunte y llegó a
marcar por encima del 75%, más o menos la media que hoy registra el
país. En virtud de esta situación, Granma conversó con José
Lapeira Viera, director del frente Control de Tierra en la
provincia.
—¿Qué razones entorpecen la prontitud en el procedimiento?
"En los primeros meses luego de ponerse en vigor la Ley hubo un
gran número de solicitudes. El promedio diario llegó a ser de 50 en
los 13 registros del territorio. Pero lo cierto es que hubo lentitud
en la solución de los casos. Influyó la falta de experiencia y de
preparación del personal. También es verdad que se trata de un
proceso nuevo, muy complejo, que supone la intervención de muchos
elementos y la aprobación de órganos colegiados en virtud de la
objetividad en las decisiones."
—¿En qué momento del proceso ha habido más demora?
"En el procedimiento es cardinal el debido control para evitar
las ilegalidades. Eso está bien claro. Lo esencial para materializar
debidamente cada una de las solicitudes es conseguir unidad entre
todos los elementos que intervienen. Consideramos que el momento de
la solicitud fluye rápido. Se traba cuando hay necesidad de
reorientar o por razones de conflicto es preciso profundizar en las
investigaciones. Por ejemplo, cuando varias personas coinciden en la
misma área para explotar o piden tierras previstas para desarrollo.
En todos esos casos debemos buscar una y otra vez la posible
solución.
"Se avanza más o menos rápido en dependencia de la eficacia de
las comisiones municipales. El trabajo a esa instancia determina.
Entre los territorios con mayor atraso se encuentran Matanzas y
Cárdenas, por debajo del 70%. Hace falta mayor organización y
sistematicidad en los municipios.
"Podría hablar de carencias, pero no es el problema fundamental.
Es nuestra responsabilidad buscar alternativas a cualquier
inconveniente, y para ello hemos contado siempre con el respaldo del
Partido y el Gobierno."
Explica Lapeira que actualmente hay 7 425 expedientes en trámites
y que algo más de 5 000 casos han sido aprobados y notificados. Ha
sido denegada la solicitud en el 4,6 %. Aclaró que un elevado número
de peticiones en tramitación y sin solución corresponden a tierras
pertenecientes a CPA o CCS que suponen en primer lugar que esas
entidades tengan la voluntad de vender esas áreas al Estado.
Aseguró que de las reclamaciones (15 en total) la mayoría tiene
que ver con la solicitud de un mismo segmento de tierra por varias
personas. Explicó también que aunque el expediente se conforma
definitivamente con la vinculación del usufructuario a la tierra
mediante el convenio y contratación de la producción, luego se pone
en práctica el sistema de control para dar seguimiento al convenio.
—¿Qué faltaría entonces en Matanzas para andar al ritmo de
provincias sobresalientes, como Cienfuegos?
"Hace falta mayor unidad, integrar mejor a todos los elementos
que intervienen en el proceso a nivel de municipio, mayor control
por parte nuestra, y disciplina, en suma, para resolver de manera
conjunta cada problema. Es como único podemos lograr la eficiencia."