.— El presidente de
Estados Unidos, Barack Obama, apostó hoy por un nuevo plan de
regulación financiera para fortalecer la supervisión del sector y
evitar los riesgos de otra crisis.
La iniciativa le otorga al Gobierno mayor autoridad y
responsabilidad en la supervisión financiera, al tiempo que crea un
regulador bancario y nuevos organismos controladores.
El mandatario estadounidense afirmó que las reformas pretenden
establecer reglas que permitan a los mercados financieros promover
la innovación y crear un marco regulatorio con justicia, para
disminuir el peligro de un colapso financiero.
Asimismo, encargó a la Reserva Federal de la vigilancia del
riesgo sistémico en la economía que representan las grandes firmas
financieras, con el propósito de prevenir que se repita la severa
crisis de los bancos y los mercados de capitales del pasado año.
Obama también exhortó a la creación de una agencia de protección
a los consumidores de los productos financieros, desde los créditos
hipotecarios hasta las tarjetas de crédito.
Se trata, apuntó el jefe de la Casa Blanca, de una
reestructuración radical del sistema de regulación financiera, una
transformación a una escala no vista desde las reformas que
siguieron a la Gran Depresión.
El plan de reforma presentado incluye un proyecto de ley que da
al Gobierno autoridad para colocar bajo tutela del organismo federal
de seguros de depósitos bancarios a toda institución financiera
importante en riesgo de quebrar, con el objetivo de desmantelarla
ordenadamente.
Tales medidas irán al Congreso para ser debatidas, en un proceso
de más de 10 audiencias, hasta mediados de julio, en las comisiones
del Senado y de la Cámara de Representantes.
Durante seis meses el Gobierno debatió sobre las mejores formas
de que las finanzas ayuden al crecimiento económico y de corregir
los problemas de la regulación bancaria y del mercado que
ocasionaron la actual recesión.