En ese momento Roa cumplía la misión de embajador de Cuba ante la
Organización de Estados Americanos, donde defendió con honor y
altura humana los principios de la Revolución.
Luego de su regreso a Cuba ocupa el cargo de Ministro de
Relaciones Exteriores, responsabilidad en la que se desempeñó hasta
1976.
A partir de entonces y hasta 1982, año de su muerte, fue
Vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Su vertical actuación como ministro le granjeó el sobrenombre de
Canciller de la Dignidad. Quienes lo conocieron en esas faenas
fueron testigos de sus brillantes intervenciones y afilado verbo en
diversos foros, y su incansable trabajo en la difusión de la
verdadera imagen de la Revolución cubana.
Medio siglo después, el intelectual, político, diplomático y
revolucionario Raúl Roa García, continúa siendo ejemplo para la
diplomacia cubana.
El Taller Científico Nacional 50 años de Diplomacia
Revolucionaria, espacio para abordar la historia de la política
exterior cubana, sesiona desde ayer y hasta mañana en el Instituto
Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), Raúl Roa García, en
esta capital.
Contribuir al conocimiento de la construcción, desarrollo y
perspectivas de la labor diplomática en Cuba, sobresale como
objetivo principal del evento. Será, además, la primera actividad
como saludo al aniversario 50 de la creación del Ministerio de
Relaciones Exteriores (MINREX), fundado el 23 de diciembre de 1959.
El encuentro organizado por el ISRI, con la participación de
estudiosos de las relaciones internacionales, rinde homenaje a todos
los que en este medio siglo contribuyeron a la ejecución de nuestra
política exterior, bajo la genial dirección de Fidel, dijo Isabel
Allende Karam, rectora de la institución.
La creación del MINREX, puntualizó, fue la culminación de un
periodo preparatorio para el inicio de las transformaciones
revolucionarias en el accionar exterior de la Revolución, que
comenzó el 11 de junio al designar como canciller al revolucionario
de siempre Raúl Roa García.
La ceremonia de apertura, a la que asistió Bruno Rodríguez
Parrilla, ministro cubano de Relaciones Exteriores, fue momento
propicio para enviar un mensaje de saludo y aliento a nuestros Cinco
Héroes, que han seguido el único camino posible, ese de Roa, el de
la dignidad.