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Crisis: estocada final en elecciones europeas

BRUSELAS, 11 de junio (PL).— Cuando apenas ha concluido el conteo de los votos, los resultados confirman lo que muchos analistas vaticinaron: la derecha vuelve a dominar a Europa, tras unos comicios parlamentarios donde la participación ciudadana bajó a mínimos históricos.

Dos bandos predominaron en esta contienda, la derecha gobernante que se impuso en Alemania, Francia e Italia; y la socialdemocracia en el poder en Gran Betaña, Portugal y España, donde los ciudadanos impusieron un voto de castigo por el mal manejo de la crisis.

A excepción de estos reveses y de otros países como Suecia, Dinamarca, Grecia y Eslovaquia, donde triunfaron partidos minoritarios, la tendencia en el resto de la Unión Europa fue similar, pues los conservadores arrollaron en 20 de los 27 países miembros.

Ante tales descalabros de la socialdemocracia, algunos partidarios se preguntan, ¿en qué fallamos?

La interrogante la despejó Piort Maciej Kaczynski, analista del Centro de Estudios Políticos Europeos en Bruselas, quien explicó que los socialdemócratas perdieron porque no aportaron alguna alternativa creíble a la crisis económica.

Al respecto, las cifras demuestran que el apoyo a estos partidos cayó casi cinco puntos con respecto a los comicios de 2004, al computar el 22,1 por ciento de los sufragios.

Sin embargo, señala Kaczynski que la derecha también está dividida a nivel europeo, pero supo prometer algo en su campaña que aprecia y busca el ciudadano medio: seguridad y estabilidad financiera.

Lo cierto es que el abstencionismo volvió a ser el principal rival de los candidatos a diputados, y las cifras hablan por sí solas.

Según resultados publicados en el sitio web del Parlamento Europeo (PE), en los últimos 30 años, de casi un 62 por ciento de electores que votó en 1979, la participación descendió hasta un 43 por ciento en las recientes elecciones.

Motivos, muchos; pero el esencial está asociado a la falta de identificación de los europeos con el órgano legislativo.

Al respecto Antonio Missiroli, del Centro de Política Europea, señaló que los electores estiman que no hay gran cosa en juego en unas elecciones europeas.

Sobre el tema, Corine Deloy, investigadora de la Fundación Robert Schuman, acotó que el desinterés popular se acentúa con la falta de entusiasmo de los propios políticos, reticentes en algunos casos a realizar una carrera europea y dejar de convertirse en piezas claves de la política nacional.

El hecho de que pocos desconozcan el funcionamiento del PE, al tiempo que lo perciben distante y con escasos poderes a la hora de resolver problemas acuciantes como la crisis, desalentó a los votantes.

Pero los resultados electorales también muestran avances en partidos minoritarios de extrema derecha y anti-inmigrantes como el Nacional Británico que no admite negros, y el Pirata de Suecia que quiere legalizar el uso compartido de archivos de internet.

Esta tendencia, calificada de punto oscuro, pudiera no fructificar porque al decir de Hans Pert Pottering, presidente de la Eurocámara, ellos no actúan como grupo propio, pues sus intereses son diferentes.

Como dice un refrán popular la suerte está echada, ahora hay que ver cómo la Eurocámara y sus diputados, dominada hasta ahora por la derecha, manejan la crisis y sus secuelas, principal preocupación ciudadana que aún no encuentra soluciones reales.

 

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