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Israel quiere para palestinos un gran campamento,
denuncia Hizbulah

BEIRUT, 11 de junio (PL).— El segundo líder de Hizbulah, Shaikh Naim Qassem, reivindicó hoy la resistencia del pueblo palestino, al denunciar que Israel sólo le ofrece un gran campamento, mientras la actual diplomacia estadounidense en la región es puro teatro.

No veo solución a la causa palestina a corto o mediano plazo, afirmó categóricamente el subsecretario general del Partido de Dios del Líbano antes de desmenuzar varias aristas del problema.

Qassem dialogó en exclusiva con Prensa Latina sobre la actualidad en el Medio Oriente, en particular el conflicto palestino-israelí, que consideró fuente y eje de muchos contenciosos recientes, criticó el doble rasero de Occidente y descartó cualquier negociación con Israel.

Cita puntual en un lugar público de Beirut, controles, preguntas, varios cambios de autos sin visibilidad exterior para seguridad de los periodistas, afirman- y llegada al sótano de un lugar secreto, fueron el preámbulo a más de una hora de conversación.

La plática incluyó una respuesta al calificativo de terrorista endilgado por Estados Unidos, argumentos para defender con orgullo la relación de Hizbulah con Siria e Irán, y el freno a gobiernos árabes llamados moderados que intentan incidir en la política libanesa.

Ex profesor de Química, fundador de Hizbulah y desde 1991 su segunda voz y cerebro, el también teólogo del Islam enalteció la solidaridad mundial, las posturas antiimperialistas firmes y el apoyo de Cuba, Venezuela y otros latinoamericanos a la causa árabe.

Convencido de que el tema palestino es el elemento cardinal en la región, Qassem justificó su poco optimismo en una solución al hecho de que Israel sigue pensando en ocupar la mayor parte del territorio palestino y busca la forma de ganar tiempo para legitimar su política.

Tel Aviv, recordó, no respetó ningún pacto para la paz, desde el Plan Mitchell hasta Annapolis, sigue la ampliación de colonias judías en Cisjordania, arrebata tierras, construye un muro de separación en la parte palestina y mantiene casi 12 mil presos, incluidos niños.

Dónde está la solución, se preguntó el dirigente de la agrupación que encabeza la oposición en el parlamento del Líbano, para a renglón seguido apuntar que el ejecutivo del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha sido claro sobre qué pretende con los palestinos.

Netanyahu quiere dar un tratamiento económico y social al tema palestino, pero no busca una solución política. Lo que quiere es darle comida y agua para que no mueran, pero no hablar de Estado palestino y mucho menos de una entidad independiente, aseguró.

Explicó que de la superficie de 27 mil kilómetros cuadrados (km2) de Palestina en 1948, Israel ya logró legitimar la ocupación de 21 mil, pero ahora la discusión versa sobre los seis mil km2 que usurpó en la guerra de 1967, de los cuales quiere arrebatar otros tres mil.

Además, exige que el hipotético Estado palestino no tenga fronteras independientes con Egipto, que haya fuerzas internacionales en el medio, y que sus fuerzas armadas sólo puedan disponer de armas ligeras, como policías.

Lo que ellos quieren darle a los palestinos es un gran campamento, y no un Estado. Eso no puede ser una solución, los palestinos no pueden aceptar una salida en la que Israel no cesa en sus ambiciones, se resiste a conformarse con su actual territorio.

Pero además, prosiguió, los israelíes tienen a Estados Unidos, a la Unión Europea y al Consejo de Seguridad de la ONU apoyándoles en su agresión, reciben dinero, ayuda económica y armas desmesuradamente.

Los palestinos, en cambio, ven que no poseen nada, porqué van a preocuparse en detener la resistencia, qué más pueden perder después de lo que han perdido. Su esperanza radica en la resistencia para poder recuperar su tierra , añadió.

En opinión de Qassem, el discurso del presidente norteamericano, Barack Obama, a los musulmanes desde Egipto y todo ese alarde para hallar una solución al conflicto palestino es pura pieza de teatro, pues, pese a lo que dice Washington, no presiona a su aliado.

Es lógico comentó- que las grandes potencias estén junto a Israel porque son ellas las que lo han respaldado en su agresión, y justamente porque nuestra resistencia ha sido capaz decidieron acusarnos de terroristas, pero gobiernos europeos y del resto del mundo dialogan con nosotros, además del gran apoyo de los musulmanes.

Recordó que tras 18 años de ocupación en el Líbano, Hizbulah logró expulsar a los israelíes (en 2000) y el mundo quedó sorprendido. No tenemos complejo de esa acusación, porque nuestro pueblo nos apoya.

Por lo mismo, fue contundente al negar toda posibilidad de entendimiento entre el Partido de Dios e Israel.

No tenemos nada que negociar, Israel debe retirarse de la parte del territorio libanés que aún ocupa, incondicionalmente y sin ningún tipo de negociación.

Para el movimiento libanés es un error legitimar al gobierno sionista mediante el diálogo y sus líderes sostienen que sea cual sea el resultado de las negociaciones israelíes-palestinas, Hizbulah no va a reconocer el estado de Israel porque está basado en la ocupación.

Qassem señaló que la estrategia estadounidense incluía igualmente incidir en la política interna libanesa tras la retirada de las tropas de Siria en 2005, bien directamente o por medio de gobiernos árabes que llama moderados, pero aseguró que esa política ha fracasado.

Nos mantendremos alertas para frenar a algún país, sea árabe o no, que intente utilizar al Líbano como escenario para sus propios planes, pero el equilibrio político actual aquí impide esa influencia porque la mayoría parlamentaria carece de cómoda ventaja, observó.

Al mencionar América Latina, Qassem aseguró que existe identidad, simpatías y sentimientos comunes entre su organización y los gobiernos y fuerzas progresistas del Nuevo Mundo, a pesar de la distancia geográfica y la diversidad de realidades.

Nos alegramos por cualquier victoria de ustedes y ustedes también por las victorias nuestras, porque la libertad no requiere de ubicación geográfica ni de una ideología política muy particular, es un reclamo humano y por eso nos sentimos un solo pueblo, concluyó.

 

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