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— Un soldado británico, adscrito a la OTAN, y 10 guardias de
seguridad murieron por explosiones separadas de minas terrestres
contra caravanas de vehículos en las conflictivas provincias del
suroeste afgano de Helmand y Paktia, comunicaron este miércoles
fuentes castrenses.
De acuerdo con el mando británico, el militar pertenecía al
Segundo Batallón de Fusileros y perdió la vida por el estallido de
un artefacto dinamitero, cuando realizaba un patrullaje cerca de la
localidad de Gereshk, en la provincia de Helmand.
El fallecido pertenecía a la Fuerza Internacional de Asistencia a
la Seguridad (ISAF), bajo comando de la OTAN, y eleva a 166 la cifra
de soldados británicos muertos desde la invasión y ocupación de
Afganistán por Estados Unidos y sus aliados el 7 de octubre del
2001.
Otras fuentes reportaron que dos minas terrestres estallaron, con
intervalos de tiempo, contra vehículos de dos convoyes y causaron la
muerte a 10 guardias privados de seguridad en el distrito de
Chamkani, provincia de Paktia.
El jefe de policía provincial, general Azizullah Wardak, reveló a
medios informativos que la primera explosión ocasionó una víctima
mortal y la segunda dejó sin vida a otros nueve guardias.
Wardak explicó que los fallecidos estaban alojados en bases de
tropas de Estados Unidos en el área, pero desconocía con qué
compañía de seguridad trabajaban o si viajaban con soldados del
Pentágono.
También, en la provincia sureña de Zabul, la policía informó que
rebeldes afganos emboscaron una caravana de la ISAF que originó una
encarnizada batalla.
La creciente espiral de acciones de la resistencia afgana provoca
graves dudas sobre la estabilidad y seguridad en esta nación
islámica centroasiática, de cara a las elecciones presidenciales y
provinciales del próximo 20 de agosto, pese a promesas de
reforzamientos de las fuerzas ocupantes.