En la programación, coordinada por el ICAIC, la Cinemateca de
Cuba, la Alianza Francesa y la Embajada del país europeo en La
Habana, y que se extenderá hasta el día 23 en ese cine y el primero
de julio en Yara, Riviera, Acapulco y Glauber Rocha, se proyectarán
filmes rodados entre el 2006 y el 2007 con los que irrumpieron
nuevos talentos detrás de las cámaras, varios de ellos distinguidos
ya en festivales internacionales y en la escena doméstica.
Jean Pascal Hattu es el autor de 7 años, filme que sondea
en la psicología de tres personajes: un preso, su compañera y un
guardián de la cárcel, que se convierte en amante de esta.
Con Trece metros cuadrados debutó Barthelemy Grossman,
quien transita por el filo de la navaja del cine negro, con una
historia de maleantes atribulados por la limitación de movimientos
que les impone el ocultamiento del acto delictivo.
De origen argelino, Djamila Sahroui, mediante ¡Barakat!,
se adentra en los orígenes de la cultura a la que pertenece, donde
la mujer lucha contra atavismos que la colocan en una posición
subordinada y por hacerse escuchar.
En las cuerdas, de Magaly Richard-Serrano se inscribe, con
pretensiones argumentales, en la saga de películas de acción sobre
deportes de combate.
Carine Tardieu cuenta en La cabeza de mamá los avatares de
una adolescente conflictiva que quiere adivinar lo que piensa
realmente su madre, una mujer abúlica desde que su marido la
abandonó.
Con tres nominaciones a los Premios César, los más importantes de
la cinematografía gala, fue reconocido el último año el trabajo
inaugural de la carrera de Celine Sciamma, El nacimiento de los
pulpos, drama sobre la iniciación sentimental de tres jóvenes.
Todo está perdonado, de Mia Hansen-Love compartió con el
filme antedicho el galardón a la mejor ópera prima del año
precedente. En su caso apuesta por un intenso drama familiar en el
que se reflejan también las tensiones de la sociedad contemporánea.
Estos directores, en su conjunto, distan de constituir una
tendencia. Cada cual aporta una voz, de acuerdo con sus expectativas
y su formación, en momentos en los que como ha afirmado el actor
Gerard Jugnot "la crisis del cine no es del cine, sino de las
películas; la gente quiere ver cosas".