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El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, insistió hoy en
descalificar acusaciones en su contra y de otros funcionarios
gubernamentales contenidas en un vídeo dejado por un abogado
asesinado.
No soy asesino, no soy narcotraficante, expresó Colom en
conferencia de prensa ofrecida en la sede del Ejecutivo en esta
capital, al rechazar una vez más las imputaciones y condenar el
crimen.
Achacó esta campaña en su contra a grupos que no se conforman con
los cambios logrados en este país por su administración, y dijo que
está enfilada a la desestabilización y creación de un ambiente de
crisis política, la cual admitió es una de las más duras enfrentadas
durante su gestión.
Este país está cambiando, como nunca antes, ahí están los
resultados en la reducción de la mortalidad materna, la educación
gratuita, señaló el mandatario al enumerar logros por los programas
aplicados a favor de los sectores poblacionales más desposeídos.
Reiteró el jefe de Estado su solicitud al Ministerio Público de
desarrollar a fondo las investigaciones del crimen y el contenido
del vídeo hasta llegar a la verdad.
A una interrogante sobre sus presuntas órdenes a la Fiscalía
General, Colom manifestó que no tiene interés en intervenir en el
trabajo de ese órgano, con lo cual rechazó que haya interferencia
entre poderes del Estado.
No obstante, informó que este martes sostendrá una segunda
reunión con el fiscal general, Amílcar Velásquez, la primera de las
cuales ocurrió temprano en la mañana en su oficina privada.
Ello está dado por su opinión de que las pesquisas deben
realizarse de manera exhaustiva para esclarecer rápidamente los
hechos.
El gobernante dijo haber solicitado apoyo en las investigaciones
de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, grupo
de la ONU, e incluso del estadounidense Buró Federal de
Investigaciones (FBI).
Stephen McFarland, embajador de Washington aquí, confirmó ese
pedido, el cual trasladará a su gobierno, según reportes de la
prensa local.
Otras notas periodísticas aseguran que el fiscal general no
descartó el pedido de ayuda tanto al FBI como a la también
norteamericana Agencia Central de Inteligencia, e incluso a la
INTERPOL.