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Ser artesanos de Cuba fue el principal estandarte de artistas de la
isla que participaron en la Feria de París, quienes con ingenio y
creatividad reafirmaron su espacio innegable dentro de la clientela
francesa.
Sus obras fueron un excelente testimonio de la exuberante
naturaleza de la mayor de las Antillas.
El arribo continuo de visitantes y compradores que se repetían de
otros años al stand fue una muestra real de la buena acogida de
nuestro producto, dijo el representante de la delegación antillana,
Ángel Arcos.
María Adelfa Rodríguez, artista que asiste desde 2002 con una
increíble aceptación, regresó este año con sus solicitados collares
y pulsos de semillas y fibra vegetal, traídos gracias a una empresa
en la que participa gran parte de la familia.
En esta ocasión incorporamos el coco en el mismo tipo de artículo
y lo incluimos en pendientes cintos y carteras y también artesanía
realizada con el caracol sigua, el cual traje además en su estado
natural para mostrar la diferencia, anillos de hueso y tarro de
vaca, entre otras cosas, explicó.
De igual forma se expusieron los tejidos de la diseñadora Ana
Luisa Leiva con labores de gran aceptación desde su primera
incursión a la feria en 2007.
Ahora trabajé los vestidos con la línea baby doll y le incorporé
el algodón entintado con el cuello en crochet, refirió.
Armando Trujillo en su debut en la Feria de París se presentó con
bisutería diversa y una gran escultura que descollaba por su
originalidad en el stand cubano.
Traje collares y anillos de tarro con incrustaciones en hueso y
en metal que son bien difíciles, también de resina hechos a mano
cada uno, los cuales llevan dos horas de trabajo pero tienen
movimiento, color y sabor, una labor especial propia, expresó.
Igualmente por primera vez asistió desde Matanzas Henry Álvarez
con carteras, mochilas, llaveros y flores en piel de chivo, jarras
de Habana Club que sirven para tocar rumba, instrumentos musicales,
trompos, sonajeros y maracas con caña brava, bambú y semillas.
Además muestras en pequeños pomitos de la arena de la playa
cubana Varadero, anillos de hueso y álbumes de fotos de papel hechos
a mano con fibra vegetal.
Por segunda ocasión asistió el artesano Yosvany Diaz, de la
provincia cubana de Pinar del Río, que en 2009 reforzó su perfil de
trabajo de piezas pequeñas con figuras grandes en la madera de roble
caimán, enriqueciendo la variedad en animales marinos, como
cangrejos, langostas y el pez aguja, como distintivo del espacio de
exhibición.
La muestra tuvo mucha aceptación y fue comprada por dueños de
restaurantes para la ambientación, dijo.
Asimismo, asistió Cesar Batista, también con objetos realizados
totalmente a mano a partir de la combinación de varios tipos de
maderas preciosas duras y muy resistentes.
Es para lograr el contraste y sostén de la forma, un principio
que permite la diversidad de artesanía reflejada aquí en bastones
collares cuadros, entre otras figuras, señaló.
Por último, Jorge Luis Ramírez, quien estuvo ausente el pasado
año, asistió esta vez con su joyería en alpaca y nácar muy
comercializadas en este tipo de evento y otras bisuterías para el
uso cotidiano de las mujeres, como collares,pulsos y aretes.