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El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, juzgó hoy
de lógica y previsible la reacción de su país al expulsar a dos
diplomáticos canadienses de la representación de la OTAN en esta
capital.
Lavrov aclaró que quienes decidieron la expulsión de diplomáticos
rusos de Bruselas no podían esperar otra cosa, son las leyes del
género, aseveró.
Dijo que, como es natural, las autoridades rusas se vieron
obligadas a reaccionar ante una medida similar adoptada con
anterioridad por el bloque militar.
Se refirió a la anulación de las acreditaciones diplomáticas a
dos funcionarios de la Oficina de Información de la OTAN en Moscú.
Precisó durante una rueda de prensa conjunta con su colega
polaco, Radoslaw Skorski, que Rusia está dispuesta a continuar la
cooperación con la OTAN.
Queremos una asociación normal, mutuamente ventajosa y de respeto
recíproco con la alianza euroatlántica, dijo el canciller.
Recalcó el interés de su país de trabajar normal, de forma
pragmática y de mutuo respeto en el Consejo Rusia-OTAN, bajo la
observancia de los principios fundacionales, sobre los cuales se
sustentó la creación de dicho mecanismo.
Se trata, subrayó Lavrov, de no fortalecer su seguridad a cuenta
de la seguridad de otro.
Agregó que los nexos entre Moscú y Bruselas figurarán en la
agenda de su encuentro con la secretaria de Estado norteamericano,
Hillary Clinton, durante el viaje de trabajo que inicia este
miércoles a Estados Unidos.
Otro punto que en su opinión deberá analizarse tiene que ver con
la tensa situación que persiste en el Cáucaso sur, atribuida por
Moscú a las permanentes acciones provocadoras de Georgia.
Unido a ello el titular ruso de Exteriores fustigó la política de
amparo practicada por la OTAN con respecto al gobierno de Tiflis, en
alusión directa a las maniobras militares del bloque, iniciadas hoy
en territorio georgiano, pese a las protestas de Rusia.