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Siria e Irán convinieron hoy en reforzar la cooperación militar
frente a lo que denominaron amenazas comunes, al tiempo que se
comprometieron a impulsar la coordinación política respecto a
asuntos de interés bilateral y regional.
La disposición a fortalecer los nexos fue expresada por el
presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, quien realizó una visita de
24 horas a Damasco invitado por su homólogo sirio, Bashar Al-Assad.
Ahmadinejad valoró de fuertes, hermanas, amistosas y estratégicas
las relaciones entre Teherán y Damasco, al tiempo que se refirió a
la importancia de explorar vías para estrechar los lazos militares
en virtud de acuerdos de defensa suscritos en 2006.
Fuentes oficiales persas explicaron que el pacto rubricado por
ambos países el 15 de junio de 2006 establece la cooperación militar
contra amenazas comunes, como consideran a Israel, que ocupa varios
territorios árabes, y a su aliado Estados Unidos.
Siria exige al gobierno israelí la devolución de los Altos del
Golán, ocupados desde 1967, como condición para la normalización de
relaciones, mientras Irán rechaza la inclusión en la lista de países
que fomentan el terrorismo, hecha de forma unilateral por
Washington.
El desarrollo de las relaciones bilaterales, posturas y visiones
coordinadas para defender intereses comunes, y restaurar la paz y el
orden en la región, son vistos como reflejos del deseo de fomentar
una colaboración en constante crecimiento, según la agencia local
SANA.
Al-Assad, cuyo último viaje a Teherán fue el año pasado, y
Ahmadinejad, quien había estado en Damasco en junio de 2007,
coincidieron en defender las causas árabes e islámicas, y en
afrontar los desafíos y planes contra éstas, que -dijeron- han sido
idénticos.
En ese sentido, abogaron por la reconciliación y unidad de los
grupos políticos palestinos, como garantía para el retorno de los
refugiados y la solución definitiva del conflicto con Israel, a
partir de la creación de un estado independiente con capital en
Jerusalén.
La cumbre sirio-iraní subrayó igualmente la importancia de
restaurar la paz y el orden en Iraq, apoyar el proceso político en
marcha en aquel país limítrofe con miras a la reconciliación
nacional, y asegurar la retirada total de las tropas ocupantes
norteamericanas.
Asimismo, los dos mandatarios expresaron apoyo al acuerdo
nacional en el Líbano y a la resistencia frente a la agresión
israelí, y subrayaron la importancia de hallar una salida política
al contencioso nuclear de Occidente con Irán, que defiende su
programa atómico civil.
Al respecto, mostraron especial convicción del valor que tiene
convertir al Medio Oriente en una zona libre de armas nucleares,
para lo cual se requiere mayor presión internacional sobre Israel.
La visita a Siria del mandatario iraní, quien canceló un viaje
previsto a Brasil como parte de una gira latinoamericana, permitió
revisar otros acuerdos en materia bancaria, de seguros,
telecomunicaciones y construcción de viviendas.
La República Islámica abrió una fábrica de cemento y una planta
de ensamblaje de automóviles en Damasco, en diciembre de 2007,
además de otros acuerdos y proyectos conjuntos en inversiones,
aduana, turismo, comercio, científico, agrícola y educativo.