Lo que en un principio parecía ser una extensión de su
documentalística, ha desbordado el canon del género hasta lograr una
poética sui géneris en el ámbito de la realización audiovisual. No
se trata del video arte a la manera de los pioneros, el alemán Wolf
Vostell y el sudcoreano Naim June Paik, ni de las experimentaciones
animadas del norteamericano Mike Celona o el italiano Alessandro
Amaducci, ni de esos cada vez más habituales pantagruélicos
despliegues de tecnología de punta donde el arte queda en un segundo
o tercer plano, sino de una parcela muy particular que articula la
visualidad ajena con la suya propia, en producciones que responden
intencionadamente a una estética de la apropiación y el
relanzamiento.
Cuando concibió el proyecto Alas con punta, en su primera
versión, reunió a 12 creadores de diversas manifestaciones para
presentar sus obras a través de un tamiz que le permitiera aportar
su visión personal sobre cada uno de ellos, en un homenaje de
marcada impronta martiana. Ahora ha ensanchado esa ruta con una
serie a la que ha subtitulado con un término procedente del mundo
del cine: Toma 2. Son ocho los artistas que integran la nueva
selección. Ha hecho más preciso su trabajo, las obras que se
presentan en esta ocasión son las que aparecen en los videos
filmados; refleja no solamente las obras previamente creadas, sino
que se sumerge en los procesos de construcción de la imagen,
mediante códigos audiovisuales aventurados (puesta en escena,
fotografía, montaje, banda sonora) que descifran aristas del
pensamiento estético de los artistas registrados y el destino de sus
propuestas. Participan en esta muestra Alicia Leal, Cirenaica
Moreira, Nelson Domínguez, Franklin Álvarez, Kamil Bullaudy, José
Antonio Echevarría, Reinerio Tamayo y Luis Enrique Camejo.
Llama la atención la utilización de la música, en tanto
contribuye a definir el tiempo del relato y consigue una
correspondencia dialógica con la materia visual. Estas realizaciones
corresponden al maestro Frank Fernández, Miguelito Núñez, Alexis
Bosch, Emilio Martín, Mónica O’ Reilly y Obsesión; y a realizadores
como Salvador Combarro, Reynier Aquino, Robin Pedraja, Juan Carlos
Romero y Juan Matos. Alguien ha recordado la cercanía del trabajo de
Chile con los procedimientos del video clip y no le falta cierta
razón. Solo que se trata de una mera aproximación formal, puesto que
existe una notable diferencia tanto en proyección conceptual como en
alcance comunicacional. En esta ocasión no se responde a mecanismos
promocionales, no comenta o ilustra las realizaciones artísticas
referenciadas, pero tampoco las reformula radicalmente en aras de
una interpretación que se desligue de ellas. Tendría que hablarse,
con entera propiedad, de un múltiple tejido de vasos comunicantes
entre realidades artísticas que se complementan.
inaugurada en los espacios con carácter colateral a la 10 Bienal
de la Habana, el Memorial José Martí acoge la muestra Alas con
puntas. Toma 2, —que permanece en este recinto durante el
mes de mayo—, y en ella Chile aporta una prueba de su creación
artística e instala al espectador en una estimulante dimensión.