Puerto
Rico un día integrará el coro de naciones libres. Con esa convicción
Norma Pérez Muñiz levanta su voz en cada escenario.
La conocí aquí en La Habana, durante la Reunión Ministerial del
Buró de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados, a la que
asistió al frente de la delegación de la hermana isla por el
Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, organización
invitada a la cita.
En su diálogo con Granma reconoció el tradicional apoyo
que ha recibido su país en los NOAL y en especial, "la solidaridad
de los hermanos cubanos ha sido histórica e incondicional. Venir acá
nos da fuerzas", dijo.
El caso de Puerto Rico duele. El 25 de julio próximo se cumplen
111 años de la intervención yanki a ese territorio. Los
puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, cuando el
Congreso de EE.UU. decidió aprobarlo por ley. Son un Estado Libre
Asociado, status que encubre la condición colonial...
¿Podría hacer un retrato de la actual situación en su país?
Puerto Rico ha sufrido una de las más brutales embestidas del
gobierno de EE.UU. con el fin de socavar el derecho a la
autodeterminación e independencia. Se ha incrementado el asedio y
persecución del movimiento independentista, el saqueo de yacimientos
arqueológicos y recursos naturales, la destrucción de nuestras
posibilidades de autosuficiencia alimentaria en renglones avícolas y
de la industria de la leche.
Por ejemplo, en medio de esta crisis económica, alimentaria,
energética que está afectando al mundo, los puertorriqueños, por
vivir en una colonia de EE.UU., tenemos una situación agravada.
Recientemente, la corte federal elevó el costo de la leche que se
produce en Puerto Rico. Los productos que se elaboran y se consumen
en mi país, es EE.UU. quien determina su precio, eso los encarece.
La economía nuestra está en función de la norteamericana. Existe
una relación muy desigual y a la vez no podemos resolver nuestros
propios problemas, porque todas nuestras instituciones responden a
los dictados de Estados Unidos y no a los de Puerto Rico.
Son evidentes también los intentos de destruir lo que queda de
nuestra agricultura, aumentando así la dependencia alimentaria del
mercado cautivo estadounidense.
Ha sido descarada la interferencia del gobierno federal en los
procesos electorales nacionales. El gobierno electo en Puerto Rico
es una falacia. En las elecciones del 2004 la corte federal
norteamericana en Puerto Rico, secuestró el resultado de nuestras
elecciones. En estos comicios que acaban de transcurrir se les
radicaron cargos al candidato contrario al de Washington e hicieron
una campaña de desprestigio contra él, quien, por cierto, no es
independentista pero ciertamente compareció en Naciones Unidas y
reivindicó el derecho de Puerto Rico a su autodeterminación.
También vivimos el desprecio y falta de respeto al sistema
judicial puertorriqueño, a nuestras leyes... Estados Unidos puede
llegar a imponer la pena de muerte a ciudadanos de mi país por actos
cometidos dentro de Puerto Rico.
Ahora mismo existe una negativa del gobierno estadounidense a
colaborar en el esclarecimiento del asesinato del dirigente
independentista Filiberto Ojeda Ríos y en la investigación de las
agresiones a periodistas puertorriqueños por parte de agentes del
FBI.
¿Qué criterios se debaten hoy en Puerto Rico respecto a la
descolonización?
Se aprecia en mi país un consenso en cuanto a la necesidad de la
descolonización, pero no respecto a la solución final del problema.
Me gusta, cuando hablo de este tema, usar una comparación con
algo que ocurría en la época de la esclavitud. En aquel entonces si
el amo le preguntaba a uno de sus esclavos si quería ser libre, este
decía ‘no’, porque no podía entender cómo iba a sobrevivir, ignoraba
qué hacer con su libertad. Fue la mentalidad que le impuso el
vasallaje. Así con los que no pueden visualizarse sobreviviendo sin
"el amparo" de Estados Unidos.
Pero estamos los que luchamos por la independencia de Puerto
Rico, que lo queremos parte del Caribe, y no el hijo bastardo y
explotado por Estados Unidos, como decía en el siglo XIX Eugenio
María de Hostos. Y todo esto tiene que ver con el grado de
conciencia política, el cual hay que seguir desarrollando en mi
país.
En este instante, por ejemplo, estamos haciendo una intensa labor
para tratar de que el caso de Puerto Rico se eleve a la Asamblea
General de la Organización de Naciones Unidas. Lo venimos trabajando
desde hace muchos años. De hecho hemos obtenido 27 resoluciones de
apoyo en el Comité de Descolonización. Pero en las condiciones
actuales vemos más cercano el día en que el caso de mi país llegue a
discusión en todo el plenario de la ONU.
El mayor sueño de Norma, ¿cuál es?
Definitivamente, la independencia de mi Puerto Rico y más que un
sueño es la aspiración, el sentido de nuestras vidas.
Y en ese sueño-aspiración ¿cómo se imagina a Puerto Rico Libre?
Amigo de todo el mundo, con justicia social, que promulgue la
igualdad entre los países, el derecho a vivir en paz en un mundo sin
la opresión, donde no se impongan aquellas naciones que se creen más
poderosas.