Un centro destinado a la atención e información de los visitantes
que acuden a la Península de Guanahacabibes, provincia de Pinar del
Río, reserva de la biosfera, se construye aledaño a la estación
ecológica de ese extremo occidental de Cuba.
Diseñado con tecnología italiana, en armonía con el entorno, sus
paredes son de madera y el techo de tejas francesas onduladas, en
tanto la jardinería contará con especies autóctonas de la zona.
La idea de la edificación de la obra, en fase de terminación,
surgió ante la necesidad de contar con un local confortable, con
servicios de orientación a los turistas que arriban a esa porción de
tierra para conocer el parque nacional Guanahacabibes y la estación
ecológica, informó Osmany Borrego, responsale del Programa de Uso
Público.
Una vez en marcha, el centro contará con un amplio salón de
exhibiciones, con maquetas, paneles y otros materiales didácticos,
muy útiles para quienes acuden allí atraídos por las riquezas
naturales de una península de escasa densidad poblacional.
La inversión está financiada por el Proyecto de Fortalecimiento
del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente,
entre otras instituciones.
Un enorme caudal de riquezas naturales e históricas son
protegidas en Guanahacabibes, región con costas inhóspitas y
leyendas insospechadas.
Sobresale por la virginidad de sus ecosistemas y en sus 100
kilómetros de extensión, hay predominio de la llanura cársica
rodeada de hermosas playas, su flora es rocosa y arenosa, con
matorrales xeromorfos -con espinas-, y bosques siempre verdes de
gran uso melífero.
Múltiple es la fauna manifiesta en aves, anfibios y reptiles,
algunos exclusivos de esta región y otros en peligro de extinción,
que hallaron el sitio perfecto para su desarrollo.
Pero también en torno a sus colinas lacustres abundan leyendas
que imprimen un alo de misterio a ese extremo occidental, principio
o quizás final de la mayor de la Antillas.