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El estado brasileño de Amazonas amaneció hoy en emergencia debido a
las inundaciones y crecidas de ríos provocadas por las intensas
precipitaciones de una adelantada temporada de lluvias que amenaza
con romper los récords históricos.
Ante la calamidad que ya afectaba a 24 municipios del estado, el
gobernador de Amazonas, Eduardo Braga, decidió anoche decretar la
situación de emergencia en todo el territorio y se adoptarán
diversas medidas para socorrer a las personas damnificadas.
Entre ellas, se mencionan desde Manaus, capital de Amazonas, la
entrega de una tarjeta magnética con 300 reales (unos 55 dólares) a
cada familia afectada, la cual será distribuida por las Fuerzas
Armadas.
Estábamos siguiendo la evolución de las lluvias presentadas este
año y llegó el momento de actuar puntualmente, señaló Braga poco
antes de viajar a Río de Janeiro.
Las crecidas de los ríos Negro y Salomoes, de Manaus, así como de
otros muchos de ese territorio debido a los intensos aguaceros ha
provocado inundaciones severas, al tiempo que la Defensa Civil aún
cuantifica la cantidad de damnificados.
Esta semana, el director-presidente del Servicio Geológico de
Brasil, Agamenon Dantas, alertó de una posible crecida histórica de
esos ríos, la cual podría superar la reportada en 1953, cuando sus
aguas sobrepasaron en 29,69 centímetros su nivel normal. La
previsión de Dantas para este año es de 29,68 centímetros.
Sin embargo, este miércoles la altura ya estaba en 28,16
centímetros y la temporada de lluvias en esa región no concluye
hasta junio, así que de mantenerse las actuales condiciones
climáticas favorables a las precipitaciones es muy posible que varíe
el resultado histórico.
Por su parte, el secretario nacional de la Defesa Civil, Roberto
Guimaraes, apuntó que 312 toneladas de alimentos ya fueron enviadas
a Amazonas para abastecer a las familias afectadas.
Especialistas que evalúan el comportamiento de las lluvias en
este inicio de año en Amazonas, coincidieron en que la principal
causa se halla en las altas temperaturas del Océano Atlántico Norte
y el transporte de vientos calientes de esa área hacia la región
norte de Brasil.