¡Inadmisible!

PEDRO DE LA HOZ
pedro.hg@granma.cip.cu

 Foto: Raúl LópezLas imágenes que acompañan esta nota son harto elocuentes. En ellas se reflejan no solo graves transgresiones de la disciplina social y de la ética ciudadana, sino algo peor aún: una permisividad inadmisible.

¿Saben acaso esos turistas que Martí es uno de nuestros símbolos más entrañables? ¿Cometerían ese mismo atentado en un monumento de su país? ¿Se les permitiría impunemente? ¿Qué habrá en las cabezas de aquellos que tomaron el pedestal del busto de Pasteur como si fuera una pizarra? ¿En qué abismo sepultaron la más mínima sensibilidad?

 Foto: Raúl LópezTan culpables son los comisores de estos actos de barbarie como el entorno que los favorece. En el Parque Central y en cualquier otro sitio público donde se levantan monumentos que honran a nuestros próceres y a personalidades históricas de otros países, las autoridades deben hacer respetar las más elementales normas de comportamiento. A los órganos de gobierno habrá que exigir el cumplimiento de ordenanzas urbanas, incluida la custodia de plazas y parques.

Pero también debemos exigirnos nosotros mismos. Todo cubano o cubana que advierta una transgresión como la que aquí documentamos gráficamente no puede permanecer impasible. Es una cuestión de honor.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas | Especiales |

SubirSubir