Convocados por la Liga Árabe (LA), entidad a la cual pertenecen todos, los ministros de Relaciones Exteriores de Egipto, Arabia Saudita, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Líbano y Jordania, así como el de Qatar, sostuvieron en Ammán una "reunión consultiva.

Fuentes de la Corte Real jordana explicaron que el encuentro tiene como eje de debate el proceso de paz en el Medio Oriente y, particularmente, procurar la cohesión árabe frente a eventuales negociaciones con el nuevo gobierno de derecha en Israel.

La reunión ocurre antes de la visita a Estados Unidos del rey Abdulah II de Jordania, quien goza de credibilidad internacional y será portador en Washington de la visión de la comunidad árabe para solucionar los problemas regionales, indicó un vocero gubernamental.

La reunión de la LA en Ammán pretende impulsar la denominada Iniciativa Árabe de Paz, adoptada en Beirut en 2002 y renovada luego en sucesivas cumbres árabes en Arabia Saudita (2007), Siria (2008) y la reciente realizada en Doha, Qatar.

El secretario general de la Liga, Amr Moussa, participó de los debates sobre esa propuesta pacificadora que, en esencia, plantea el reconocimiento de los países árabes a Israel a cambio de devolver los territorios ocupados y aceptar la creación de un estado palestino.

Al respecto, las discusiones también incluyeron la fórmula de "dos estados", uno palestino junto a otro israelí, como solución al principal contencioso del Medio Oriente.

La nueva administración israelí está encabezada por el primer ministro conservador Benjamín Netanyahu, y cuenta con el respaldo de los partidos ultraderechistas y ultraortodoxos judíos.

Presionado por la comunidad internacional y su aliado Estados Unidos, Netanyahu expresó disposición a negociar, pero ha sido reacio a definir un calendario y a incluir temas espinosos como ceder a los palestinos Jerusalén Este o desmantelar las colonias judías.

Incluso, su canciller, el ultraderechista Avigdor Lieberman, desvinculó al ejecutivo del proceso de diálogo con la ANP, relanzado por el gobierno estadounidense en noviembre de 2007 en Annapolis, y se niega a devolver los Altos del Golán sirio y parte del sur libanés.