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El Congreso estadounidense tiene pocas oportunidades de detener
cambios anunciados por el presidente Barack Obama en relación con el
programa de armamentos, comenta hoy el diario The Hill.
Obama y el secretario de Defensa, Robert Gates, recomendaron
acortar el presupuesto de los seis mayores programas militares del
Pentágono, y la oposición parlamentaria se ve débil en este tema,
reseñó el periódico del Capitolio.
Según la fuente, a los legisladores y a la industria militar les
será difícil contradecir las propuestas de la Casa Blanca porque el
mandatario esgrimió el peligro de la recesión y prometió mayores
beneficios directos para los soldados.
De cualquier manera se prevé una fuerte batalla argumental y
partidista en el parlamento bicameral, porque se trata de una
iniciativa polémica que toca puntos de la seguridad nacional y la
economía de muchos estados norteamericanos.
Un caso es el cese de la producción del super-avión de carga
Boeing C-17, ensamblado en California con partes y equipamiento
proveniente de tres docenas de estados, entre ellos Missouri,
Arizona y Georgia. Los demócratas, en particular, si votan en contra
se enfrentarán a la disyuntiva de encarar la ira de sus líderes o el
disgusto de empresarios e industriales de sus respectivos
departamentos, indica The Hill.
La recesión económica que sufre Estados Unidos desde finales de
2007 ha obligado a ciudadanos e instituciones a apretarse los
cinturones, y ni el Pentágono se pudo librar de esa tendencia.
El secretario Gates confirmó recientemente que se reducirán los
fondos destinados a programas armamentísticos tradicionales en favor
de otros con objetivos más específicos, como acciones anti-insurgentes.
Por el momento, los principales perjudicados son los
cazabombarderos F-22 y el programa de modernización del ejército
Future Combat System. Empero, el nuevo presupuesto prioriza a los
drones (aviones dirigidos por control remoto).
Como la iniciativa debe ser aprobada por el Congreso, se espera
un duro debate entre quienes apuestan por restringir el gasto
militar, y aquellos legisladores que lo quieren expandir al tiempo
que calculan la tasa de desempleo.