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La cifra de muertos por el terremoto en la región central italiana
de Abruzza llegó hoy a 260, confirmó el primer ministro Silvio
Berlusconi, mientras el papa Benedicto XVI prometió visitar la zona
del desastre en cuanto sea posible.
El jefe de Gobierno italiano corroboró declaraciones del ministro
de Relaciones con el Parlamento, Elio Vito, quien había citado el
número de fallecidos manejado por la Defensa Civil y afirmó que
estaba lejos de ser el definitivo, mientras al menos 17 cadáveres
quedaban sin identificarse.
Vito señaló que el gobierno conservador declarará pronto un duelo
nacional y baraja la posibilidad de realizar un funeral de estado en
la ciudad L´Aquila, capital de Abruzza y la más afectada por el
sismo de entre 5,8 y 6,3 grados en la escala de Richter, del lunes
pasado.
Por su lado, el Sumo Pontífice prometió durante su tradicional
audiencia de los miércoles viajar a la zona de la catástrofe, la
cual también dejó mil heridos y 17 mil personas sin techo, además de
cientos de edificaciones destruidas en la histórica ciudad.
Sin embargo, el portavoz del jefe de la iglesia católica,
Federico Lombardi, negó que la visita pueda tener lugar esta semana
o la próxima.
El ministro italiano del Interior, Roberto Moroni, aseguró que
las labores de búsqueda y rescate proseguirán hasta el lunes próximo
y después se reforzará la seguridad de los edificios, afectados,
además, por un centenar de réplicas.
A la región del sismo viajó por tercer día consecutivo el primer
ministro Silvio Berlusconi, quien en esta ocasión inspecciona los
daños a viviendas y sitios históricos para preparar el programa de
restauración, señaló la televisión capitalina.
Tras la fuerte réplica ocurrida anoche, de 5,3 grados en la
escala de Richter, se derrumbó la ya afectada cúpula de la Basílica
de Santa Maria, conocida como la iglesia de las Animas Santas.
La cantante Madonna, de origen abruzzense, donó 500 mil libras
esterlinas a las víctimas del terremoto, mientras la alcaldía de
L´Aquila aceptó una donación de Carla Bruni, esposa del presidente
francés, Nicolas Sarkozy, para el hospital de esa localidad.