Hay
danzones para rato. Lo prueba un evento como el que acaba de
clausurarse en el teatro América y que reunió no solo a nostálgicos,
sino a gente joven interesada en uno de los géneros que nutre
nuestra identidad. Organizado por la UNEAC y bajo la presidencia del
maestro José Loyola, Danzón Habana 2009 fue una hermosa realidad.
En la jornada del cierre estuvo el Piquete Típico Cubano, que
durante 46 años se ha mantenido fiel al danzón. Al público siempre
le llama la atención el fervor de los mexicanos hacia el complejo
musical que cristalizó en Matanzas durante la segunda mitad del
siglo XIX. De ahí los aplausos prodigados a la banda Nuevos Aires
del Danzón, del Distrito Federal, dirigida por el trompetista Felipe
Fuentes, que en su interpretación de La paloma, de Sebastián
de Yradier, incorporó al buen tenor Alfredo Granados, al flautista
Alberto Corrales (Cuba), así como a sus paisanos de la Compañía
Danzares, parejas de baile que mostraron cómo ellos asumen el ritmo.
Otro buen momento llegó con la orquesta José Urfé, dirigida por
Víctor Martínez, que enalteció la responsabilidad del nombre que
lleva, pues, como se sabe, Urfé (Madruga, 1879–La Habana, 1957) le
aportó al danzón elementos procedentes del son, que definieron su
actual forma.
Y como para dejar bien cálido el ambiente, la escena fue ocupada
por la orquesta Panorama, dirigida por Corrales, un virtuoso de la
flauta que sin abandonar la clásica, ha dedicado su talento al
género, de lo que es expresión su elogiado disco Danzoneando,
donde destaca su Danzón a Mozart.
Loyola anunció que el VII Festival Internacional Danzón Habana
2010, estará dedicado a la provincia de La Habana.