La técnica de cultivos semiprotegidos se extiende en la provincia
de Las Tunas, que ya terminó siete de estas instalaciones y trabaja
para concluir otras nueve en mayo próximo.
Se trata de pequeños huertos de media hectárea de extensión cada
uno, los cuales se techan con una malla especial que protege a los
cultivos de los efectos directos de las radiaciones del sol y las
fuertes lluvias.
Tomates, pimientos, pepinos y otra gran variedad de hortalizas se
pueden cosechar en estos organopónicos, donde los rendimientos son
mucho mayores que en las áreas desprotegidas.
La aplicación del riego y de métodos agroecológicos como el
empleo del humus de lombriz y demás abonos orgánicos, y la creación
de nuevas fuentes de empleo, son otras de las ventajas de estos
centros agrícolas que ya se levantan en los ocho municipios tuneros.
El incremento del uso de esta técnica de cultivo constituye una
de las vías que se impulsan en el territorio para elevar de forma
rápida la producción de alimentos, fundamentalmente luego del paso
del huracán Ike que en septiembre de 2008 causó considerables
pérdidas en sus áreas agrícolas.
Ubicada a unos 670 kilómetros al este de La Habana, Las Tunas es
la provincia de menor promedio histórico de lluvias en Cuba, factor
desfavorable que la obliga a buscar alternativas productivas que
permitan cosechar todo el año.