El mando del Pentágono informó que cuatro de sus soldados
adscritos a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF)
murieron cuando su vehículo blindado detonó una bomba plantada en
una carretera del distrito de Bati Kot, en la provincia de Nangarhar.
De ese suceso se responsabilizaron mujahidines del partido
islámico Hiz-e-Islami del ex primer ministro Gulbudin Hekmatyar, que
integra uno de los segmentos armados de la resistencia afgana contra
los invasores extranjeros, según Prensa Latina.
Mientras, dos soldados británicos perecieron la víspera en una
explosión cuando su vehículo blindado cruzó sobre una mina terrestre
en el distrito de Garmsir, en la conflictiva provincia sureña de
Helmand, limítrofe con Paquistán.
Otro soldado británico falleció el sábado último durante una
patrulla al sur de Musa Qala, también en la provincia de Helmand.
Con esas tres bajas mortales suman 152 los muertos de las tropas de
Gran Bretaña desde que invadieron con Estados Unidos en octubre del
2001 esta nación islámica.
Un soldado francés murió asimismo el sábado durante un ataque de
los estudiantes coránicos (Talibán) en el área oriental de Kabul y
uno alemán pereció en un accidente de tráfico en el norte del país,
según la OTAN. Con las bajas fatales del domingo ascienden a 61 el
número de militares ocupantes que han perecido en la nación
centroasiática desde comienzos del 2009.
Unos 70 000 efectivos al mando de la OTAN y Estados Unidos junto
con más de 60 000 colaboradores afganos pretenden vencer a una
insurgencia que cada día incrementa el alcance de sus actividades
desde hace un año.
Entretanto, al menos diez policías y dos civiles murieron, y
otras treinta personas resultaron heridas hoy en dos atentados
suicidas, uno perpetrado en el sur y otro en el oeste de Afganistán,
informó a EFE una fuente oficial.