La
presencia en Cuba de un dirigente político europeo provocó el deseo
periodístico de indagar sobre temas actuales de esa región, inmersa
en una crisis económica que —a decir del entrevistado— la puede
llevar a una ruptura con su aliado principal, Estados Unidos, o, al
menos, a una reconstrucción de sus relaciones económicas con Rusia y
China.
Baudouin Deckers, responsable de Relaciones Internacionales y
miembro del Buró Político del Partido del Trabajo de Bélgica, reseña
que su país es rico para una clase pudiente que entre más tiene más
quiere, y a la vez con mucha gente pobre, afectada por el sistema
mismo y ahora por la crisis.
La actual crisis ha llegado a un 15% de la población desempleada.
Pero es aún mayor, porque no se registra a quienes por tener más de
50 años, cuando quedan fuera de su puesto no son considerados
desocupados.
Cada día aparecen los anuncios de cierre de fábricas y centros
laborales, con el consiguiente despido de trabajadores. Además hay
un desempleo parcial, es decir, de quienes trabajan dos o tres días
en la semana, o los que permanecen parados durante un mes y no
aparecen en la lista oficial de desocupados.
¿Cómo se expresa la crisis en el contexto de la UE?
En la primera reunión de los jefes de Estado después de la
explosión de la actual crisis, el acuerdo principal fue que "cada
país haga lo que estime conveniente para solucionar su problema". Es
como aplicar aquello de "sálvese quien pueda".
Alemania, que es el país europeo más rico, no tiene disposición
de aportar dinero para ayudar a otros de la región más empobrecidos.
Es el caso de los estados de Europa del Este miembros de la UE,
que afrontan graves problemas y viven una crisis terrible. Los que
no tienen el euro como moneda, la suya nacional está devaluada y
piden ayuda a la otra Europa, pero esta no puede dar nada por su
propia situación.
Actualmente, podemos decir que hay unión y desunión en esta
asociación de países. Algunos estados, como se puede ver con la
guerra en Iraq, apoyan totalmente a Estados Unidos y otros no están
de acuerdo con la política norteamericana.
¿Y las perspectivas?
Es muy difícil hacer un pronóstico porque la crisis puede
violentar la desunión o reforzar la unión. Ambas cosas son posibles.
Se ve, por ejemplo, una política de cambio con respecto a Rusia y
a China. Si la crisis en Estados Unidos continúa, es posible que la
tendencia para reforzar la UE pase por su grado de colaboración con
Rusia y China.
¿Sería menos dependiente de EE.UU.?
Hay una clara tendencia por una UE independiente, y más cuando se
sabe que Estados Unidos es el máximo responsable de la crisis.
Pero esto no quiere decir que haya conflicto entre Europa y EU.UU.
Se ve claro en el apoyo europeo a la guerra en Afganistán. No es así
en el caso de África, donde Europa busca una solución a los
conflictos de esa región, antiguas colonias, mientras Washington
quiere imponer su dominio.
Incluso, en una reunión de la UE en Lisboa, se acordó que la
economía de esos países estuviera entre las más competitivas a nivel
mundial para el año 2010. Sin embargo, cuando solo faltan unos meses
para esa fecha, la economía europea es más baja.
Vivimos como ante un gran tsunami. De lo que se trata es que, si
irrumpe la gran avalancha habrá llegado el momento de una explosión
social donde el movimiento obrero expondrá su fuerza.
Ideológicamente contamos con otro enemigo en Europa, se trata de
la concepción socialdemócrata con pretensiones de reformas
capitalistas para hacer lo que ellos llaman "un capitalismo más
bueno y humano". Eso, sabemos, es imposible, no puede haber
capitalismo bueno y mucho menos humano.
Eso se puso en evidencia ahora, en plena crisis, cuando con el
objetivo de salvar a los bancos, se ha producido una especie de
nacionalización, pero siempre con la salvedad de que, tan pronto se
calme la situación, los bancos serán nuevamente privatizados.