SAN DIEGO.— Después de la observación cuidadosa del juego entre Sudcorea y México se llega a la conclusión de que Asia ha elevado su nivel de tal forma que hoy por hoy se iguala al continente americano y, en muchas ocasiones, lo supera. Por ejemplo, el pitcheo de relevo —crucial en el béisbol moderno—, se comportó de tal manera que luego de las dos primeras anotaciones a expensas del abridor Ryu (el zurdo que le ganó a Cuba en Beijing, esta vez sin control en sus envíos), cinco relevistas dejaron a la escuadra de Vinny Castilla en cero carrera durante 6 y un tercio, con 87 lanzamientos y 59 strikes. Y el que diga que los sudcoreanos no batean debe de remitirse a los tres cuadrangulares por el jardín izquierdo que le conectaron al mejor lanzador mexicano, el siniestro Oliver Pérez, cada vez que subió la bola. Los tres batazos fueron sobre envíos altos y fuera de la zona. De los 28 peloteros sudcoreanos presentes aquí, 13 militaron en el equipo campeón de Beijing, una renovación de más de un 50% en la cual mucho tienen que ver los dos últimos campeonatos mundiales juveniles ganados. Un excelente trabajo de base, en el cual se sustentan los triunfos internacionales. Hasta ayer, los monarcas olímpicos han disputado 12 partidos en Clásicos Mundiales y han ganado diez, con solo dos reveses, ambos ante otro coloso, Japón.

Cuando usted practica un deporte quiere ganar cada juego, no importa cómo. Es muy importante demostrarle a todo el mundo que nosotros sabemos jugar béisbol. Lo hicimos. Derrotamos a una selección repleta de estrellas de Grandes Ligas como Dominicana, no una, sino dos veces. Estamos muy satisfechos. (Sydney de Jong, veterano jugador holandés).

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