Los mandatarios abordarán la actual crisis económica, las políticas energéticas y la protección medioambiental, así como las relaciones de Washington con Latinoamérica.

El gobierno estadounidense busca un mayor acercamiento a la nación suramericana, debido al peso industrial y comercial de su economía en el continente.

Ambos países comparten intereses en la producción de biocombustibles, aunque difieren en la materia prima que deben utilizar, pues Brasil apela a la caña y Estados Unidos a los cereales.